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Consuelo García del Cid Guerra

SANDRA

SANDRA

Cuando la vida breve y a mitad del cuaderno se interrumpe el dibujo

Alienta sin aliento el final del camino, se preguntan

Los seres que ya han sido y los seres queridos, los cercanos

Los juegos de los niños, si tal vez intentamos el todo por el todo

Si fue lo suficiente, si lo hicimos , si arrimamos

El lomo hasta su lomo, si la mano

Fue amiga cuando fue necesario. Y por qué

Tan aprisa se borra una persona

Cómo se va tan pronto, por qué ayer, cuándo

Hablamos con ella por última vez. De saberlo

Podríamos regalar todas las flores, escuchar

Su canción entre todas las voces

Cambias nuestras agendas, dormir

Junto a su vida mientras las horas pasan

Decirle, yo me quedo, por encima de todo

Yo me quedo contigo.

Hay formas entre formas que jamás se adivinan

Hay una sola hora que no está en el reloj

Hay dioses en el mundo que no rezan por nadie

Personas que no tiemblan cuando llora el temor

Hay pañuelos sin nombre que arrugados te muestran

El paso por el tiempo y la vida que fué

La tuya, la mejor, la única, la eterna

La palabra en tu nombre para siempre jamás

Tu nombre, Sandra, siempre sobre el mundo

Tu presencia hoy divina nos puede rescatar

De la prisa, lo absurdo, lo que no importa tanto

De lo que ahora existe por encima de un cielo

Donde tu hermoso rostro ocupa su lugar.

Los asuntos no cuentan, se queda la memoria

La razón de haber sido y de vivir sin más

Tu nombre es para siempre entre los pájaros

El cordón no se ha roto sólo porque no estás.

Permaneces eterna , tranquilamente hermosa

Escalando la cumbre. Te buscaré

Al llegar.

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