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Consuelo García del Cid Guerra

Recuerdo aquella forma determinada de tomar la cucharilla de café mientras encendías un cigarro, y recuerdo el gesto exacto de tu labio, el pliegue justo en centímetros,que se formaba entre el filtro y la boca.También tu primera bocanada de humo, aristócrata y lenta, y el agua con gas que pedías casi de inmediato mezclando azúcar, burbujas y tabaco.

Luego te llamo, me decías subiendo la calle Balmes arriba y yo bajándola. Yo miraba tu espalda. Tú observabas la mía.

Me habría conformado solamente con eso, pero un día también tu espalda desapareció.

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