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Consuelo García del Cid Guerra

VIERNES

Buenos días, dijiste, y amaneció muy tarde

La luz no se delata por la hora del hombre

Oscuridad temprana y muy tardía lumbre

Así rompió la aurora a su pesar. Es viernes.

Busco algún capitán para el norte de otro

Un esfuerzo pequeño, alguna unión. Posible.

No es tanto, sólo un poco. Una muestra del ser

Quicio del alma maestra en lo intangible

Espalda seca, espada y brillo

Me la das y atraviesa. Qué difícil

Camino, qué espesura nombrada

Qué cerca estamos hoy del precipicio.

Me nombran y adelanto desde el paso del vértigo

Los posos de aquel té que nunca terminamos

Las entradas del cine, el posavasos

Una foto cualquiera por si lo recordáramos

Mucho después. Contigo

Imaginé la tierra con puerta de salida

Un terreno sembrado de escritura

Y un leñador, notario, médico y búho

Taxidermista único para recomponernos

En una duermevela incomprensible. Sabes

Que desde el patio apunta el peso de esta tarde

Y las cortinas fingen no mirar adelante

Un soldado de plomo se ha caído

Y la postal rendida a aquel verano

Tan breve reza el texto como pequeña aguardo

La vuelta de algún tren fuera de uso

Al museo del tiempo donde se nos retuvo.

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