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Consuelo García del Cid Guerra

FRASES LAPIDARIAS, REFRANES, PROVERBIOS Y EL SENTIDO DE UN TAUAJE

Sigamos.

“Siéntate a la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo”: No siempre. Por desgracia, veremos pasar muchos cadáveres de amigos. Y puede que alguno del enemigo: Si eso puede causar satisfacción, es que estamos llenos de rencor. Aquel supuesto enemigo, puede ver pasar nuestro propio cadáver, y eso no nos convierte en culpables de nada. No por morir antes se hace justicia, ni se entrega la razón en brazos de la muerte.

“Ladran, luego cabalgamos”: Cierto. Tanto si se habla bien como mal, significa que de alguna forma nos tienen en cuenta, sean cuales sean las consecuencias.

“Cuando el río suena, es que agua lleva”: Es similar a eso de “calumnia, que algo queda”. Se hace sonar a alguien por muchos motivos, cuando del éxito se pasa al fracaso, cuando se apuesta hasta el final por algo asumiendo el riesgo que pueda conllevar. Pero no significa que todo lo que se haga sonar sea cierto.

“Cría fama y échate a dormir”: Lamentablemente cierto. Puede costar media vida cambiar el registro.

“Manos besa el hombre que quisiera ver cortadas”: Es repugnante. Sin palabras.

“La vida pone a cada uno en su lugar”: No siempre. El infortunio puede colocar en el peor de los lugares a una buena persona, y no estará en el lugar que le corresponde. La vida no es justa, por tanto, no pone a cada uno en su justo lugar.

“El tiempo lo dirá”: Cierto. El tiempo, antes o después, lo dice todo. Pero el tiempo hasta el final de nuestros días. No “temporalmente” y en los espacios que interesen a otros para definir a nadie.

Pensando en todas estas frases, no ha dejado de rondarme una que, para mí, es definitiva. La cito constantemente, porque se ha convertido casi en un lema, una guía fundamental. La descubrí en una película “Las lágrimas del sol”. Aparecía al final.

Estar siempre junto al débil, implicarse en causas perdidas, luchar por las creencias individuales y plantar cara arriesgándolo todo, aunque te la partan una y otra vez, tiene un precio altísimo. Se paga de por vida. Tanto, que muchos han llegado a la conclusión de que tras ello existe algo oscuro y oculto: Intereses, egoísmo, afán de protagonismo, liderazgos enfermizos …el bien no es creíble, porque es escaso.

Nunca, hasta ahora, había pensado en hacerme un tatuaje. Nunca. Son mensajes del alma, definitivos. Suponen una forma de marcarse muy agresiva. Un amigo estaba ayer intentando camuflar la letra K, tatuada en su espalda. Era la inicial de su novia. Se la encontró en la cama, con su mejor amigo. Acudió al tatuador llorando para que inventara cualquier dibujo que ocultara la letra. “Sólo hay algo que yo me tatuaría –le dije-. Una frase que es muy importante para mí. Una frase en la que creo, y que nunca me borraría.”

-¿En serio? –me preguntó-. Nunca pensé que tú podrías hacerte un tatuaje …

-Yo tampoco. Pero quiero hacérmelo. En la espalda.

-¿Pero a los cincuenta tacos te vas a tatuar? No te pega nada, Consuelo…dime, ¿qué frase?

- “PARA QUE TRIUNFE EL MAL, SÓLO ES NECESARIO QUE LOS BUENOS NO HAGAN NADA”. Es de Edmund Burke.

Mi amigo se ha echado a llorar. Y entre sollozos, me ha dicho : “Hazlo. Lo entiendo perfectamente. Esa frase es tu vida entera. Nunca te la borrarás. Hazlo”.

1 comentario

Una de las hermanas Gilda -

Las decisiones las podemos tomar bien por razonamientos plausibles, bien por emociones que nos salen a borbotones. Y, éstas, normalmente no son precisamente guiadas por la razón. Mal asunto, entonces.
Consuelo, hay gente que el concepto de bondad o maldad no lo conoce. O, si lo conoce, puede discrepar a la hora de definirlo. En definitiva: lo que para mí es bueno, puede ser malo para ti o viceversa. Son diferentes prismas, diferentes “gafas” que nos ponemos, quizá porque nos sentimos más cómodos con ellas que intentar la aventura, aún a costa de estrellarnos, de modificar nuestra postura. Ya no hablo, por supuesto, de los enfermos carentes de todo tipo de emociones afectivas.
En el escenario de la vida debiéramos pasar de vez en cuando viviendo en carne propia las situaciones de los otros. Así, se nos acallarían demasiadas bravuconadas, demasiados juicios absurdos y demasiada intolerancia.
Ya no cotiza en bolsa la amistad, el estar con los que lo pasan mal, el “sentirse” un poco el otro. Todo eso no es rentable. Hay que invertir por el poder, aunque acribillemos al vecino, aunque “machaquemos” constantemente. Es el deporte que impera. Eso sí, siempre saliendo por encima, como el aceite, pavoneándonos de nuestro narcisismo. Lo demás son pamplinas que nos llevan a la ruina.
¿Crees que merece la pena tatuarte esa frase?. Es mejor, pienso que la sigas llevando en tu interior sin alaracas, sin evidencia externa porque los depredadores existen y se puden lanzar directamente a la yugular, incluso diciendo que no eres lo que pareces.