Blogia
Consuelo García del Cid Guerra

FRANK DUBE

 

Frank Dube es un torrente de voz hecho a si mismo. Consecuente y tenaz como solo el ha sabido ser y estar. Catalanista convencido hasta las últimas consecuencias. Alzado casi a los cielos para quedarse en el patio de su casa (Buscarons 24, Barcelona) que es particular, donde llueve y se moja hasta el amanecer. Su local mantiene un aire decadente y bohemio irrepetible. En el puede pasar cualquier cosa o absolutamente nada. Hay noches para todos los gustos y a mi Frank me gusto desde el primer instante. Un pequeño escenario dominado por ese gran cuerpo de viejo rockero que puede con todo. Desde las melodías italianas que versiona en español con verdadera maestría ( no os podéis perder “Un poco mas”, de Claudio Baglioni) hasta un Sinatra empequeñecido en su prodigiosa garganta. Confieso que Frank me atrapo con Sinatra. Sin cerrar los ojos puede verse en el aire, como suspendido en boca de este catalán enorme, maestro a la fuerza de si mismo y en boca del barrio alto, Sarria- Sant Gervasi. Un espacio muy pequeño para tanto talento

El “triunfo”, por llamarlo de alguna manera, habría llegado muy pronto si hubiera nacido en América. Es un showman egregio. Divertido, mordaz, atrevido en lo justo y por justicia, porque no se le ha hecho. Como tantos artistas prácticamente anónimos en las bambalinas oficiales, Frank Dube es un resistente atrincherado en sus propias convicciones. Mayor pero nunca viejo.

Lo ha tocado todo : Música, cine, teatro, política. Y en los diversos planos se ha mantenido integro en su esencia. Tiene color, sabor y poderío.

En la entrada de “Frank Dube, bar. psicoestetico” se aglutinan distintos tipos de publico. Seguidor del maestro Carlos Muñoz Espinalt, fundador de la psicoestetica, que sistematizo la enseñanza en 1971 definida como “la valoración artística de uno mismo en función del equilibrio vivencial entre el aspecto físico y el carácter, con el afán de presentar y perfeccionar la figura de forma agradable, armonizando la moda con las creencias personales”.

Frank Dube , personal e intransferible, es un artista para ver y creer. Sus discos no se encuentran en los locales comerciales y lleva cantando toda una vida. La noche se interrumpe como por encanto cuando pisa el escenario su mujer, Laura Marti, cuya voz es un agravio comparativo ante cualquiera de las grandes. Los duetos y casi duelos que mantiene la pareja cantando ponen la piel de gallina . Tal para cual. A la altura y con la estatura de los grandes en un lugar pequeño pero intenso donde la música es un regalo de los dioses .A pelo, a capela, con un órgano, piano u orquesta, da lo mismo.

Todas las noches empieza su espectáculo en la calle Buscarons 24 de Barcelona. Aparentemente sencillo, engrandece la atmósfera hasta que los aplausos rasgan un telón imaginario donde este hombre y su mujer se dejan la garganta

 

http://www.youtube.com/watch?v=zrp9xYh0R84

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

0 comentarios