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Consuelo García del Cid Guerra

DANZAD, DANZAD, MALDITOS ...

Aquí están y estos son. El Corte-Fiel adosado, Corte-Inglés, ex dependientes garrulos-as Opus-Dei, Carpe Diem, para quienes la "mamandurria" es lo mismo que bandurria, porque como vulgar plebe -plebeyos, ellos- nos atan a sus reducidas arcas reales. Mandan. No nos queremos enterar, yé-yé, que estos mandan de verdad, porque les gusta, les pone, les atrae. Sólo les falta uniforme. Unas botas de montar a lomos de cada parado, cargando la fusta a modo de cetro. No estés enfermo, se acabó tu Navidad, te quito lo elemental y sálvese quien pueda. Y si te quedas sin casa, es tu problema. Serás roña. No toques las narices. Cállate. Porque como salgas a la calle, en cuatro días te aplican la resucitada "gandula", ley olvidada a la que se aplica el boca a boca con el morreo más guarro de la historia. Limpieza. Limpieza. Esa raza consumida que desató tantas cadenas, a ellos les van a quitar hasta la razón de ser. Serás pobre, serás mierda, personaje molesto y sospechoso. Serás un viejo-a a los cincuenta porque ese medio siglo lo van a obviar. Serás parte de una lista que se comió el segundo apellido. Nadie. Nada.
Serás un enfermo apostado en el rencor del resentido, el llanto del pijo que nunca quiso entender lo vulgar del Bulgari, lo hortera del Ferrari, lo cursi de su Snoopy y el collar de su perro. Pedi-grí. Nada más que un pedo, nena.
Vamos a bailar la vieja Yenka, porque su letra tenía toda la razón : Izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante, detrás, un, dos, tres ...
 
 
 
 

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