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Consuelo García del Cid Guerra

Endequeteví, Lola...

Endequeteví, Lola...

La conocí en Madrid, frente a Espasa Calpe, tras muchas cartas escritas, puño y letra de toda la vida -de ésta ya no tanto, casi ni en Navidad-. Casi cuarenta años nuestros de iry venir, estar siempre, tan pendientes como dentro. Revueltas, juntas, pegadas. Ajoblanco, finales de los setenta, éramos casi felices, con esas ganas de vivir que no regresan más por hermoso y temporal que resulte el resto del escenario.

-Creo que me estoy poniendo de parto...

-!! Aprieta las piernas !!...

-Lola, que es al revés...

Cuatro horas después ya había nacido, y la primera llamada fué para ella. Aviones que entonces eran muy caros, proyectos imposibles, bodas, separaciones, posteriores divorcios...pasaba la vida despacio, a veces muy deprisa, se nos pegaba gente momentánea, supongo que fascinada por no se sabe qué..."Menuda endequeteví"....¿Qué es eso de "endequeteví"?...Lo decía mi madre...!! "Endequeteví", Mari, endequeteví..lo menos hace tres meses...Y nos reíamos a mandíbula batiente. Barcelonay sus noches, Madrid contando tardes. Tú siempre en la misma calle, ordenada y metódica. Yo cambiando de casa como el que trasplanta de maceta en maceta todas sus raíces.Decía que nuestros nombres se complementaban : Dolores-Consuelo, ahora me los has puesto al revés y no sé qué hacer con ellos, Lola.Cuando te mandé aquellas flores el día del Carmen, insistía en que empezarasa usarlo, al fin y al cabo, se trataba del primero. Me hiciste caso a medias, y desde entonces eras C. Dolores Escudero Martinsaz.Lo aceptaste, y me gustaba.Yo te hice caso siempre, pero dejé de escribir. Ayer recopilé todos tus correos. Los he guardado en una carpeta que pesa mucho más que cualquier imagen.Buscaba uno en concreto que conseguí encontrar: 6 de Diciembre 2007. Dices:

 

 

 

¿Podrás ir convenciéndote, sabiendo, creyendo lo que puedes y debes escribir?

 

¿Podrás no demorar más y ponerte seriamente a ello?

 

¿Te es suficiente la pequeña muestra que te estoy enviando de las respuestas durante la noche a un poema tuyo?

 

 No te perdonaré, Consuelo, si vuelves a separarte de la/s palabras. No lo haré...

 

Volví a las palabras, Lola. Me llevaste de la mano, con fuerza, guiando cada texto. Volví, y desde entonces no he parado de publicar libros. Nunca debí alejarme. Ni tú ni yo servimos para otra cosa. No contaba con esto que me niego a contar. Ahora sólo me queda ese Consuelo-Dolores que me has puesto al revés, llevando la contraria -como siempre- y contra el mundo. Mi nombre ya no sirve para nada, y el tuyo queda conmigo para siempre jamás. Espérame, Lola. Tarde lo que tarde, gritaremos muy juntas ese "Endequeteví" aunque nos multen por ello.

 

 

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