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Consuelo García del Cid Guerra

CUALQUIER TIEMPO PASADO FUE PEOR

CUALQUIER TIEMPO PASADO FUE PEOR

La útima pena de muerte en España fué la de Salvador Puig Antich.Yo tenía dieciseis años.Le conocí a través del partido comunista revolucionario, que se relacionaba con gente del MIL.Barcelona era una ciudad muy exaltada.Le ví dos veces en mi vida, era un soñador muy comprometido.

Las manifestaciones se producían casi a diario.En una ocasión lanzamos miles de octavillas contra el régimen franquista en un seat 600, hecho que entonces suponía seis años de cárcel.

Hasta el último minuto se esperó la conmutación de la pena de muerte.Las Ramblas estaban atestadas de gente en silencio pero peligrosamente preparados.Alguien, a primera hora de la mañana, gritó : FRANCO HA MATADO A SALVADOR.Una turba descontrolada empezó a gritar, a romper escaparates y tirar cócteles molotov.Se vaciaron autobuses que quedaban atravesados en medio de las calles para cortar el tráfico.La policía, entonces los grises, cargaba con enormes escopetas, lanzaba botes de humo, apalizaba en plena calle y llenaba los camiones blancos, "yogurteras", de detenidos que se trasladaban a la comisaría de Vía Layetana, conocida por sus torturas.

Mi habilidad para correr hizo que no me detuvieran.Me escondí con mi amiga Montse en el Mercado de la Boquería, que quedó desierto en pocos minutos.No escondimos bajo un puesto de melones.Los grises entraron y tiraban con las escopetas.Los melones caían al suelo, reventados.Montse se meó encima, "nos van a matar, nos van a matar", repetía.

Yo era una adolescente exaltada.Mi madre me amenzaba constantemente con encerrarme si no dejaba de acudir a las manifestaciones y cambiar de amistades.A la mañana siguiente, el médico de cabecera entró en mi habitación.Era muy temprano.Yo dormía, todo me pareciómuy extraño.Dijo que debían vacunarme contra la gripe y sin poder reaccionar, entre el médico y mi madre cogieron con fuerza mi brazo y una aguja entró en mi vena.No recuerdo nada más.

Desperté en una habitación desconocida.A los pies de la cama, una maleta con lo necesario como para el resto de mi vida.La puerta estaba cerrada con llave.La ventana tenía enormes barrotes.Por la matrícula de los coches, supe que me encontraba en Madrid.

En el bolsillo de mis pantalones guardaba una bala de los grises de la manifestación del día anterior.La apreté fuertemente y decidí esperar.Una monja entró tras dos vueltas de llave, y muy amablemente me explicó que iban a "salvarme".Que estaba en el convento de las Adoratrices, un colegio para jóvenes "sin formar", colegio "de formación"... tardó mucho en decir la palabra que yo esperaba: Reformatorio.

Estábamos separadas en comunes y políticas.La mayoría de edad era a los 21, para las mujeres hasta los 26.Bastaba que tu conducta fuera contraria a la de tus padres para que te pudieran encerrar sin más explicaciones.Existía un organismo llamado Patronato de Protección a la Mujer , que permitía encerrar a jóvenes sin haber cometido delito alguno, sólo por una forma de pensar, por expresar ideas ó ser contraria al régimen de Franco.

Me cortaron el pelo casi al uno.Me quitaron todas mis cosas personales.La "reforma"se hacía a través de trabajo y de la religión.Se ha hablado mucho de la dictadura, pero casi nada de estos centros religiosos que se mantenían con cárceles para menores.Adoratrices del Santísimo Sacramento, Oblatas del Santísimo Redentor, Trinitarias y Buen Pastor.

Viví allí dentro la muerte de Franco.Las Adoratrices desaparecieron en plena democracia, ya con el gobierno de Suárez.El edificio de la calle Padre Damián, 52, fué derruído en una voladura controlada con mina 2 legal para construír un ministerio.Mi amiga Lola acudió a presenciar la voladura en un entrañable homenaje a mí.Voló en mil pedazos en cuestión de segundos.

 La película SALVADOR , retrata a la perfección lo sucedido.Fuí a verla el día del estreno.Al aparecer las primeras imágenes de los grises en una manifestación, rompí a llorar.Fuí a verla con Montse, las dos nos cogimos de la mano y lloramos con una inmensa amargura.A la salida nos encontramos con amigos de entonces, llevábamos casi treinta años sin vernos.Estuvimos juntos hasta el amanecer.Todos coincidimos en lo mismo: DAÑO. mucho daño-.Pero dentro de todo lo que fué, de todo lo que se hizo, creo que tuvimos cojones.

Eduardo Haro Teclen escribió una columna magistral en EL PAIS el día de la voladura controlada del convento de las Adoratrices, su título: CUALQUIER TIEMPO PASADO FUÉ PEOR.

Conservo la bala.Es uno de mis mayores tesoros.La guardo para alguien muy amado para mí , que sé que sabrá transmitir la memoria.No debemos olvdarlo, hay que hablar de ello, transmitirlo y saber la España que fuímos, el hijo de la gran puta que fué Franco.

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