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Consuelo García del Cid Guerra

CONSEJO

 

 

Música celestial y el palacio de invierno .Una manta de cuadros a tu cuerpo

Sueños de nada, sabes, te lo cuento

Por su tú alguna vez cazas los ciervos que ví transparentados bajo papel de arroz

Eran pequeños. Lo contaba aquel libro que forrabas con miedo a los retales

Un trozo de la flor, no cortes tanto, repetías, que mueren los dibujos

Al canal de tijera como duermen los muertos

Mañana no me esperes porque estaré tarde en un lugar concreto

Donde no entran las madres ni las hijas y tampoco las niñas

Un lugar que te muestro cuando seas mayor y te presente a los desconocidos

Allí te besarán los trapecistas, los magos y los indios, los poetas

Los que escriben paisajes y esculpen alpinistas, los novios

Que se quedan a la puerta de casa, los que pulsan la tecla final del piano negro

Los que saben que el tango es un lamento y todo lo que tú escuchas

Abrazada a tus gatos dormida, casi enferma ,

Odias atardecer como detestas esta

Canción que ya no existe. Cenicienta, cansada por eterna

No me lo digas más, no le des cuerda

Al carrillón del tiempo. Tardas como el verano

Eres un arpa muerta que mira su desmayo, un pañuelo, el ojal

Por donde te miraba tanto el compañero. Señal de los fingidos contubernios

Secreta y vagabunda, reina de los sombreros, todo menos tus ojos

Mirándome, cuando al final me pierdo.

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