Blogia
Consuelo García del Cid Guerra

viernes

 

 

Una familia Taiwanesa convivía con tres cadáveres en su casa de Madrid. La noticia, escalofriante, fue transmitida ayer jueves por todos los medios de comunicación.  El padre y dos de los hijos, estaban muertos en un colchón instalado en el salón , mientras que la madre y los otros tres hijos, vivos, se encontraban en estado de abandono, casi inconscientes, sucios, con las uñas largas y desnutridos. No se aprecian signos de violencia, por lo que probablemente se trate de fallecimientos naturales. El hecho no deja de resultar tan estremecedor como sorprendente. ¿Querían dejarse morir los cuatro miembros restantes?. No salían del hogar, cerrado a cal y canto, con las persianas bajadas. Al parecer, se trata de una familia estructurada, sin problemas con sus vecinos, educados y trabajadores.

A última hora de esta tarde comentaba yo el hecho mientras agotaba un viernes pesado y con tensiones laborales. De pronto, mi compañera me ha dicho

“¿Has visto alguna vez a un chino anciano, realmente viejo, por la calle?”.

Estupefacta, respondo : “ Es cierto. Nunca. A ninguno”.

-          “Todos van a morir a su país de origen”.

De pronto, me la he quedado mirando con gran admiración. ¿ Como podía yo ignorar algo tan evidente?. Vivo en la zona de las peluquerías y los mayoristas chinos, y nunca me había preguntado por que no veía ancianos, ni siquiera entrados en una edad próxima. Son jóvenes, escasamente maduros. La mayoría cumplen su ciclo migratorio y regresan a China. Ignoro si forma parte de algún tipo de culto o existen razones políticas al respecto, pero es una realidad en la que nunca me había detenido.

“Puede que con el tiempo lleguemos a ver ancianas chinas, pero serán las que ahora son niñas adoptadas por españoles”.

Me acuesto sabiendo una cosa más gracias a ella.

http://www.youtube.com/watch?v=R2gUUSeCk24

0 comentarios