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Consuelo García del Cid Guerra

ADOLFO SUAREZ : EL PRESIDENTE

 

Recuerdo con nitidez una tarde agitada en Las Ramblas de Barcelona. Los manifestantes maldecían a Franco, cuyo cadáver todavía estaba caliente, y hablaban de Adolfo Suarez con escepticismo y desprecio. No se le dio la bienvenida, probablemente a causa de un pasado reciente demasiado pesado, cubierto de heridas abiertas y cicatrices todavía tiernas. Aquel nuevo presidente de gobierno nombrado por el Rey en sustitución de un Arias Navarro  ya políticamente agónico, acudió con gasa y sutura nacional durante el periodo más complicado y comprometido : La transición democrática.

Yo no tenía edad suficiente entonces como para valorar en toda su medida al hombre que se enfrento con una extraordinaria gallardía a una serie de cambios tan radicales como fundamentales. Legalizo los partidos socialistas y comunistas además de todos los sindicatos, amnistió los delitos políticos perseguidos por el régimen franquista, creo la Ley de Reforma sin rupturas traumáticas, fundó la Unión de Centro Democrático (UCD), padeció el golpe de estado tieso, digno y valiente. Ahora que los años me delatan irremediablemente, se que Adolfo Suarez ha sido un gran político. Correcto en su justa medida. Conciliador y justo. Poseedor de un carisma determinado que supo hacerse con el pueblo llano sin caer en discursos triunfalistas cuyo perfil tiende al encumbramiento y el aplauso fácil. Su posición no lo era, pero él supo ganar a  pulso una confianza perdida de antemano que le ponía en duda. No se le conocieron escándalos, estuvo en su sitio y se retiro a tiempo con una dignidad extraordinaria. Nadie, tras la dictadura, podría haberlo hecho mejor.

Anoche estuve contemplando con verdadero interés el primer capítulo de la serie “Adolfo Suarez, el Presidente”, emitida por Antena3. No me la creo. Al parecer, ningún miembro de la familia ha sido consultado al respecto y tanto las informaciones como anécdotas varias adquieren un tono novelesco digno de ficción barata que no se corresponden ni de lejos con la realidad, excepto en los acontecimientos históricos donde no cabe el tongo.

En 1980 concedió una entrevista que fue vetada por sus consejeros por ser ·demasiado sincero". Gracias al dios google que todo lo puede, he conseguido dar con ella. Josefina Martinez del Álamo, en un editorial sobre el legado de Adolfo Suarez, exponía, entre otros temas, las afirmaciones siguientes:

"La derecha no le perdonaba la ruptura con el régimen anterior. La izquierda lo acusaba de no imponer la ruptura con el régimen anterior. Dentro de su partido le crecían los traidores. La prensa estreno su libertad de expresión haciendo verdadera leña de un presidente a punto de caer".

"Los españoles no sabemos nada de Adolfo Suarez. Como siente, como piensa".

-Yo soy el primer convencido de ello -respondió-. No. No me conocen.

Fue un hombre de centro porque estaba centrado, y este país esta en deuda con el. Ahora ya no recuerda. Aquejado de un Alzehimer, responde a las muestras de cariño de sus familiares y amigos. España no le olvidara jamas. Podía prometer y prometió todo aquello que finalmente se hizo realidad.

Noble y nobleza : Duque de Suarez con grandeza de España y caballero de la Orden del Toisón de Oro. El 9 de Junio de 1976, antes de su elección, recito unos versos de Antonio Machado:

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                                               "Esta el hoy abierto al mañana

                                                 mañana al infinito.

                                                 Hombres de España

                                                 ni el pasado ha muerto

                                                 ni esta el mañana ni el ayer escritos".

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