JANE BOWLES
De ella se ha escrito, escrito, y escrito ... ella escribió poco más de dos obras.Su biografía (circe) es atrapadora.
Busqué en Tánger las calles que la describen, y me informaron que la "cherifa" todavía vive.Tras el fallecimiento de Paul Bowles, los apartamentos Itesa, a las afueras de la ciudad, se atestaron de curiosos, que entraban al asalto en la casa de Paul arrasando con libros, fotografías y todo tipo de objetos.Confieso que entré, pero fuí incapaz de llevarme nada.Pregunté a un americano por la cherifa.Me dijo que podía encontrarla en el zoco chico, que allí dijera sólo un nombre,Jane Bowles, y la cherifa saldría a mi encuentro, y que me pediría unos dirhams sólo por verla.
No quise arriesgarme a ir sola y le pedí a una marroquí que me acompañara, pensando que de ese modo me sería más fácil acceder, además, la cherifa sólo hablaba árabe.Zaida, mi acompañante, no tenía ni idea de Jane Bowles, de Paul Bowles, y mucho menos de la cherifa.
Cinco dirhams me costó tenerla delante.Vieja, fea, con aire ceñudo y maligno, me recibió como a una turista más que le preguntaba por Jane.La miré a los ojos y no permanecí más de un minuto en aquel lugar.Recordé, de pronto, a un personaje mucho más entrañable, la llamada señorita Fina, una ex-prostituta de Barcelona que se hizo famosa por sus noches en el emblemático Marsella bebiendo absenta.
Supongo que la cherifa no envenenó a Jane.Sólo forma parte de las historias de Tánger, del misterio y de lo que fué una época memorable.
Jane Bowles me sigue fascinando.Lo mismo que Frances Farmer, me habría gustado muchísimo conocerla.Adoro las mujeres extraviadas.
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