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Consuelo García del Cid Guerra

MARTÍN SINATRA

MARTÍN SINATRA Dos extraños sonLos que se miran, dos extraños sonLos que suspiran , dos extraños sonEn ésta noche azul…… Frank Sinatra.Extraños en la noche-  MARTÍN CÁRDENAS. Conocí a Martín hace dos años .Una amiga mía fue ingresada en el psiquiátrico de La Merced por un brote bipolar. Sólo aceptaba mis visitas, por lo que iba a verla todos los fines de semana .La primera vez que acudí, ella estaba en el jardín, sentada junto a dos chicas muy jóvenes. Ambas se llamaban Natalia.Una de ellas me miró fijamente, sin recato alguno. Amo la mirada de los enfermos, es pura y sin prejuicios, no disimula, mira con descaro, con interés, con ganas.-“Me gustaría poder cantarte una canción, me dejas?”--Claro ¡¡¡ le respondí.Y un torrente de voz extraordinaria empezó con La isla Bonita, de Madonna.  Extraordinaria voz, Impresionante. Todos debían estar acostumbrados a oírla porque a nadie le llamó la atención.Al terminar, me dijo que su diagnostico era “personalidad antisocial” y que había quemado la casa de su madre. Creo que antes se “quemó” a sí misma. Me extendió la mano, se la tomé un rato largo. Puso su cabeza en mi hombro mientras repetía sin cesar : Mierda seca, mierda seca….Entonces apareció un chico de mediana edad., entre cuarenta y cincuenta, algo indefinible. Muy atractivo, elegantemente vestido y con ropa que se adivinaba cara.Se sentó a mi lado,” Hola, dijo, me llamo Martín Cárdenas, cuándo has ingresado?”Me eché a reír a carcajadas,” tan mal me ves?,- le contesté-, no, he venido a ver a mi amiga .Y tú a quién has venido a visitar?”-“Yo soy un loco, -me dijo sin inmutarse- llevo aquí tres meses ingresado”.-Entre risas le dije, nadie es lo que parece, desde luego. Y me miró despacio buscando complicidad. Esperaba preguntas pero no se las hice .Le ofrecí un cigarrillo, que aceptó. Sus manos temblaban mucho. “Es por la medicación” –me dijo-, y empezó a hablar sin prisas pero sabiendo que le escuchaba con interés, sin embargo, no tuve la sensación de que estaba deseando contar su historia, en absoluto .Las dos Natalias permanecían en silencio, mirándole. -“Llevo casi toda mi vida en psiquiátricos de todo el mundo .Sólo he trabajado una vez en mi vida, cuando tenía dieciocho años, y fue para pagarme el billete a Montecarlo.Mi diagnóstico es esquizofrenia psico-afectiva. No molesto a nadie, no soy violento, pero estoy muy sólo. Claro, ya me dirás adónde voy yo diciendo que soy hijo de Frank Sinatra y Grace Kelly….- Pegué un respingo ..su parecido con Sinatra era enorme..la misma cara, la misma sonrisa, los mismos dientes blanquísimos…sin  olvidar dónde me encontraba, le miré descaradamente y se lo dije: “Te pareces muchísimo a Sinatra”.-“Pues claro ¡ es mi padre ¡….llegué al palacio de los Grimaldi para ver a Rainiero .Era muy complicado que me recibiera sin una cita previa, pero me puse muy pesado, y me obligaron a decir cuál era el objeto de mi visita…no me quedó más remedio, y se lo dije a algo parecido a un secretario…me metieron en un cuartucho donde esperé y esperé, apareció la policía monegasca y me detuvieron. Después de tres días en un calabozo, fui trasladado a un psiquiátrico de Mónaco, el primero de mi vida….mira, no te miento, y sacó un recorte de periódico plastificado en el que aparecía su foto, esposado junto a dos policías, y la noticia, en francés, decía más ó menos: UN INDIVIDUO SE PRESENTA EN EL PALACIO GRIMALDI ASEGURANDO SER HIJO DE LA PRINCESA GRACE Y FRANK SINATRA.Yo estaba anonadada .Y Martín continuó…..”Cuando me dan el alta me hacen una putada. No tengo a nadie, no tengo adónde ir. Durante el día deambulo por la ciudad, cobro la pensión por enfermo mental, 300 euros al mes, y tengo la tarjeta gratis de transportes .Duermo en el aeropuerto. Como voy siempre limpio y bien vestido, no me dicen nada .Me tumbo en las salas de espera de las terminales y todos creen que mi avión se ha retrasado…”Una monja anunció que la hora de visitas terminaba  .Al día siguiente era Nochebuena. Sentí tener que marcharme, y de camino hacia mi casa no podía pensar en otra cosa .Recordé que tenía una biografía de Sinatra y otra de Grace Kelly que había comprado en la feria del libro de ocasión. Lo primero que hice fue buscarlas, y aquella misma noche leí de un tirón la de Sinatra. En efecto, tuvo un romance con Grace Kelly, cosa que yo desconocía por completo. Las fechas coincidían. Empaqueté por separado los dos libros y recordando que la Natalia cantante tenía  un radio-cassette,  compré un cd de Sinatra. Al día siguiente me dirigí de nuevo al psiquiátrico. Mi amiga estaba en la sala de fumadores. La sala se encontraba llena. Martín se levantó para saludarme , y le dije: “Te he traído un regalo. Bueno, son dos regalos”, y le entregué los paquetes .Su cara se iluminó como la de un niño pequeño .Los enfermos le rodearon con gran curiosidad. Abrió el primer paquete, era el libro de Grace Kelly.-Tu mamá, Martín, es tu mamá, exclamaban.Abrió el segundo. –Es tu familia, es tu familia ¡¡¡ Martín, qué bonito ¡¡¡ ohhhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhhh ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Le entregué el cd a la Natalia cantante haciéndole un guiño para que lo pusiera a todo volumen. Martín no daba crédito al momento, y antes de que pudiera  reaccionar, me dijo : “Hace tantos años que nadie me hacía un regalo en Na …..” y en ese momento empezó a escucharse extraños en la noche, me levanté y le dije, Bailas?Puedo jurar que el mundo se paró. Mientras bailábamos Martín y yo, quedó tocada el alma de los enfermos del alma , de los visitantes, de las enfermeras., que acudieron a la sala por el ruído y las exclamaciones de todos, y también ellas empezaron a bailar, buscando pareja. En muy pocos segundos toda la sala estaba bailando y cantando extraños en la noche. Cuando la canción terminó , nadie paró el cd, que continuaba con new york new york , y el psiquiátrico se convirtió en un lugar de emociones condensadas que no podía frenar ni la medicación.Fue una tarde inolvidable e irrepetible. Me fui llorando de allí.Sin embargo, pensé mucho en Martín y en la posibilidad de conseguirle algún trabajo .La asistenta social le envió a un piso piloto y tras muchos esfuerzos le encontré chapuzas de pintor y ayudante de almacén. Por las mañanas, monta la terraza del Bar del Pí y le dan de desayunar gratis. Una vez le dijeron que parecía un aristócrata. “Su madre era una princesa”, dije.Martín es fundamentalmente bueno. Ya no está tan sólo. La vida le ha concedido un pequeño espacio posible sobre un destino imposible. Le veo con cierta frecuencia y hablamos de literatura. Podrán pasar muchos años y muchas cosas., pero aquella tarde en el hospital ha sido uno de los momentos más felices de mi vida, y lloré porque seguramente nunca más lo seré, no de ése modo tan mágico y desgarrado, no desde el alma de los enfermos del alma, que tocaron la mía, probablemente también enferma.Confieso que me acompaña la duda. Su parecido con Sinatra es sorprendente. Martín es único.Conocerle ha sido un regalo de la vida.

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