la más hermosa mujer bajo la lluvia
Era la más hermosa mujer bajo la lluvia, se tornaba de nácar
Gotas en la cintura chorreaba su almíbar
Testamento escondido en el arco de triunfo
Lejanía perdida en busca del atajo para comprar cerezas
Rojas como su sangre y dulces a la fuerza.
Maestra de los rendidos, entregada, difusa
Su baile un huracán sudando por la piedra
Unos y otros la cubren y por todos cubierta
Clásica y amazona, jinetera
Era la más hermosa mujer bajo la lluvia
Conquistada y entera
Desnuda como siempre, arrebatada
Dueña de los infiernos.
Enferma, sin garganta, nana del grito
Gime como una perra sin celo, arrepentida
Esquina y propiedad marcada por el tiempo.
Vejadora y vejada
Sus ojos sin morada, ni cerrados ni abiertos
Concluyen largas pálidas memorias
El parecer del viejo y el final de la orilla
Sin premio, sin verano, sin especial invierno
Sólo tiempo de más metido adentro
Y pese a todo ello, era
La más hermosa mujer bajo la lluvia.
Me preguntaron mucho y otros muchos
Dijeron
que vivió demasiado, aprisa, que el dinero
lo gastaba en muñecas de porcelana rota
que se rompía ella como se gasta el verbo
que estaba condenada, y condenada
ha muerto.
Yo miré muy despacio sus manos estrelladas
Y me acordé de ella uniendo sus palabras
Parecía de cera en una iglesia pobre
Arropada al final con un sudario triste
Inútil , casi malo, su piel era de búfalo
Elena era una puta, repetían
Sus párpados cansados narraban la renuncia
Nunca supo elegir y yo la veo
Como a la más hermosa mujer bajo la lluvia.
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