Blogia
Consuelo García del Cid Guerra

feliz navidad

Mensajes cibernéticos en cadena de amor y paz con dibujos horrendos y música estridente. Cascabeles y órganos electrónicos mientras aparece por una esquina de la pantalla un papá Noel borracho o una chica en pelotas vestida de rojo , eso sí, y con los bordes blancos, blancos, por eso de las navidades. Abetos imposibles que sortean el viaje de tu vida, el coche que no tienes ni tendrás, lotes de comida de lujo, jamones de jabugo y muchas barras de turrón.

Un tipo al que has visto sólo dos veces este año, parece que de pronto no puede vivir sin tu amistad y así lo manifiesta con lazos, bolas brillantes y campanilas. No sabes si es gay , quiere pedirte dinero o simplemente forma parte de la cadena de gilipollas mayestáticos que siguen el rollo del espumillón, el cava, el belén , el corte inglés y el caviar.

Las pocas tarjetas postales que se reciben han enterrado al bueno de Ferrándiz. Ya no aparecen sus imágenes pastel con angelitos buenos cara bobo y ojo asiático. Dónde está Ferrándiz, dónde está? Se asoció con las porcelanas de Lladró? Murió?

Los regalos. Botellas de marca conocida –esa la regalas a otro y quedas de puta madre- o desconocida: Es la que te llevas a casa y te quedas con la caja, que acostumbra a ser grande, bonita, de madera y útil. Carteras, bolsos, perfumes, pañuelos. La calle es imposible, las tiendas están abarrotadas, haya o no crisis. Los restaurantes lo mismo, con las famosas comidas y cenas de empresa, horrendas reuniones en las que la gente se comporta como el ex adolescente excursionista que fue, gritón, ordinario, obsceno sin gracia ni provocación. Se hace la ola y se encienden mecheros entonando la canción esa de amigos para siempre. Al final, muchos no se pueden ni levantar de la silla con semejante merluza, mezcla de vino, cava, copa, chupito y demás. Lo peor es la vuelta a casa, cuando se encuentran morreando a la recepcionista o echándole un polvo guarro a cualquier compañera en la que hasta ese momento no se había fijado o tal vez se fijó demasiado en su culo durante los trescientos sesenta y cinco días, y en ese tiempo soñó con atacar su canalillo y su arco de triunfo. Triunfando, pues, se duerme la mona en el hogar dulce hogar.

La mejor felicitación es la del amigo. Esa no miente, nunca te engañará. Y dice lo siguiente: “EL SIMULACRO DE AMOR Y PAZ HA COMENZADO. DESCONGELA LOS LANGOSTINOS Y PUEDES EMPEZAR A INSULTAR A TUS CUÑADOS .FELIZ NAVIDAD”

0 comentarios