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Consuelo García del Cid Guerra

EMPRESARIOS

No es fácilmente transmisible, ni siquiera para otro empresario que no pertenezca al mismo sector. Hablar con la competencia en tiempos de crisis, es como jugar en casa. De pronto hasta confías en ellos. No ocultas información, compartes datos y te cuentas penas. No serán tus amigos pero los sientes colegas. Me dijo alguien no hace mucho : “En los negocios, hay que empezar las cosas como enemigos para acabar como amigos”, pero no estoy de acuerdo. Simplemente hay que ser persona antes de imputar sentimiento alguno, ya sea positivo o negativo. Siempre he evitado las cenas de trabajo.

Para mí, hay una hora límite entre la tarde-noche para finalizar. Como cenicienta. Tras toda una jornada, sentarse en una mesa con el cliente puede provocar grandes confusiones. He escuchado muchas veces que los empresarios del mundo de la noche son personas poco recomendables. No lo creo. Pero sí asumo que la noche produce actitudes distintas. El día es suficientemente peligroso para tomar decisiones. En realidad, un negocio no debería ser otra cosa que un acuerdo por ambas partes. Lo que se desarrolla a partir de ahí , entra en terrenos casi siempre desconocidos. No es sólo trabajo. No se trata de hacerlo mejor que nadie, impera el hecho de ser alguien. Y en esa postura arriesgada se cuecen las ollas de la empresa. Quién es el mejor postor. Quién tiene las mejores instalaciones. Quién invita al restaurante más caro.

Ahora es difícil engañarse: La crisis nos delata a todos. Ni siquiera los grandes embusteros pueden seguir mintiendo. Con la verdad por delante se llega a todas partes.

“No tengo liquidez”. “No podré continuar el servicio si no me agiliza los pagos”. El calendario parece que corre más aprisa. Las hojas del almanaque se revelan con tal angustia que parecen los signos de un período menstrual que se interrumpe. Llegar a final de mes es una aventura. Subir o bajar las ventas nos coloca a diario en un parque de atracciones que hace subir y bajar la boca del estómago. Sacas la tarjeta de crédito y tienes miedo al rostro del camarero…le observas, miras sus pasos, te detienes ante la bandejita y respiras con alivio cuando al fin ves el ticket y lo firmas. Piensas cuántas veces a lo largo del día has estampado tu nombre en nóminas, documentos y demás papeles burocráticos. Contemplas ese pequeño imperio que tanto esfuerzo te ha costado construir y sientes que se puede caer. Nadie te levanta por la mañana, te levantas tú. Esperas el nuevo día como una bendición, simplemente para que no sea tu maldición. Mientras, unos autobuses dicen que dios no existe y que vivas la vida. Otros aseguran que dios está a tu lado. Los Hare Krisna vuelven a pasearse por las Ramblas de Barcelona. La mitad de los empresarios acuden al psiquiatra. La otra mitad rezan o apuestan por religiones alternativas. No se sabe en qué creer ni dónde se puede caer. Te sientes aventajado si puedes continuar. No es suficiente, pero es posible.

1 comentario

Isra -

Pensamientos sueltos:

El empresario debe diferenciar tajantemente su vida privada de su vida pública. Estas no deben mezclarse porque si no coges la empresa te la metes en el bolsillo y adiós. Puedes mantener pactos con otros empresarios, muy difícilmente amistad. Estas en el negocio para sacar el mayor rédito económico, puedes hacer un favor una o cien veces, pero solicitarás el acuse de recibo a su debido momento. De empresario a empresario no es lo mismo que de socio a socio, no es igual de león a león que de ruiseñor a ruiseñor. El mundo de la empresa es harto complejo hoy estás en la cima y mañana eres un harapiento. Cautela, cautela y cautela. Observación, tranquilidad y salto a la saca de los beneficios. El buen empresario no debe casarse con nadie a no ser que quiera hacer negocios poco ventajosos. Si una empresa no es rentable se busca otra formula de ganar o se cierra. Empresa cerrada vale más que empresa deficitaria. Si llega la hora de negociar una cantidad por metro y haces la mínima concesión estás perdido, de ahí en adelante eres del que tienes delante. Mundo complejo, años para aprender