Blogia
Consuelo García del Cid Guerra

ALGUNOS HOMBRES BUENOS

“Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada”

Edmund Burke.

 

Algunos necesitan cualquier tipo de religión para sostener la vida. Creen en algo o en alguien antes de creer fundamentalmente en el hombre. Confunden lo divino y lo humano con cierta facilidad. Nada está escrito y todo está por vivir. El miedo a vivir es un miedo no reconocido. No es el mundo, es el hombre. El hombre y su lugar en la tierra. Depende de uno mismo la forma de existir. Por exigente que resulte estar y ser , siempre permanece la esencia. El pecado no es únicamente un hecho radical que define a la perfección el bien y el mal. En el hombre, la perfección no existe. Exteriormente puede parecer posible, pero jamás por dentro. Nada ni nadie lo puede definir. Nuestro interior es sagrado, y como el alma, invisible. Sostenerse socialmente es lo más simple.

Pero hacerlo desde el interior supone la apuesta más dura y arriesgada. Quién es dios y qué es el hombre?¿ Dónde se encuentra, si existe, la frontera entre el bien y el mal? Cuándo se empieza a ser malvado?¿ Cuánto cuesta ser bueno?

Practicar la bondad nos convierte en verdaderos imbéciles. No por el hecho de hacerlo simplemente, por la razón de ser. Nos convierte en individuos sospechosos, objetos de mofa y befa, incluso en supuestos delincuentes. ¿Tan complicado resulta entender que existen, todavía, personas buenas? No es lo mismo ser una buena persona que una persona buena. Pasa a ser calificado como del “suficiente, aprobado por los pelos” o el “sobresaliente”. Una persona buena es sobresaliente. Adquiere protagonismo antes o después , por sus actos, su generosidad, solidaridad y forma de ser. Nadie nace bueno ni malo. Se hace. Depende de su forma de interpretar la vida, de su capacidad de amar, de su línea de conducta. La conducta del bien es sospechosa. Se piensa que dá para poder pedir. Si pide para otros, será por su propio interés, y en esa confusión se daña tanto que

por descreído que uno sea ante lo divino acaba recordando la historia sagrada y se siente

incomprendido, perseguido, cuestionado y crucificado por aquellos supuestamente creyentes … ¿por qué? ¿Por qué la verdadera bondad nos lleva al lado más oscuro, a la soledad infinita, a la duda permanente?

¿Será que una gran parte de la humanidad piensa que la bondad pura no existe?

¿Quién pone los límites? . Hay hombres que saben vivir sólos. Hay hombres que creen en la esencia y la practican. Hay hombres generosos. Hay hombres buenos. No son curas ni monjas, sólo personas que piensan y sienten de otra forma. No importa su inclinación política, su trabajo, su casa o su forma de vestir. Es el fondo, pero no el abismo.

1 comentario

Isra -

Consuelo, amiga:

No confundamos la bondad, la generosidad, el ser personas buenas, que no buenas personas, a que te tengan que dar dos hostias mientras te quedas con cara de pasmarote. Existe el mal, va a venir a por ti y tienes que estar preparada para defenderte con uñas y dientes. Todo el mundo con una mínima conciencia sabe cuando obra con el mal o con el bien. Lo sabemos perfectamente, nadie hace el mal inconscientemente, tampoco el bien. Mi punto de vista ya te lo he dicho algunas veces. Yo voy de bueno por la vida, entra a mi vida de buenas y soy bondadoso, reclama mi solidaridad y mi vida será tuya, dime la verdad mirándome a los ojos y te doy mi corazón; Ahora, ven con malas intenciones, si me doy cuenta te machaco, engáñame e iré a por ti a humillarte, haz injusticia e intentare pisotearte sin el menor cargo de conciencia. Todos podemos ser muy buenos o muy malos. Sí vamos de buenos vamos a ir de buenos pero sabiendo el atajo de hijos de puta que hay sueltos.

No vayamos de santones a que nos pongan la cara y el corazón morados. Una cosa es ser bondadoso y otra gilipollas. De eso mismo se aprovecha mucha gente para destituir a otros. Los que destruyen saben a por quien van. Van a por el que consideran débil, tú a veces pareces un blanco muy fácil. Insisto, pareces un blanco muy fácil y eso no es bueno porque te ahostian sin compasión. Enseña tus credenciales con mucha mala leche, con saña,, veras como ahuyentas a mucho cobarde. Te lo digo porque te aprecio, si no ni me molestaba en escribirte esto.