Nombrar la Vida
Nombrar la vida. Maldita sea cuando el cuento se acabó
Sufrir un verso y comprender por qué se frunce en un lugar tu mano grande
Por qué deshace la ventura ese compás aventajado, si una vez
En mi cintura se clavó todo el tormento de saber tus dedos blancos
Si fue sagrado acontecer ante el diluvio, las tormentas y un granizo peculiar
Ronco y vagando sobre todo calendario cuando nadie y los demás
Nos insultaron. Qué gran manera de reír a lo profano, de pasar tanto de largo
Porque siempre estaríamos los dos en algún palio, reventados de coser
Y remendados sobre todo lo que entonces un puñal clavó en las cosas.
Te he visto ser enormemente flor. Clavel gitano y zapateo superior
Vino de patio con bandera de verbena sin festivo pero fiesta
Engañando al mismo dios. Cuándo pasó. Me dije un día, no es verdad,
No habrá más sol ni los venenos más crueles a por mí
Saldré a la calle a que el afilador me afile a mí
Danza del vientre aquí menea aquel sermón. Pobre la orilla
Pobre el resto de los días, lamentados, escogidos, arrasados al temor.
Nombrar la vida es nombrarte como yo. Ahora existe otra moneda y pagas tú
Algunos años en los que te extrañaría suponer que no has estado
Por si lo ves no me reproches que he callado, sabes que tú sudado al tango
Rostro a rostro escalaba el mismo beso. Murió el sereno, todas tus puertas
Se han cerrado en el lugar. Este país donde nació nuestra razón, nuestros espejos
Nuestros centros de ciudad. Han resultado las violetas inmortales
Tu nombre escucha ese silencio entre los peces sin color. El río avanza
Clandestino hacia la calle donde todavía existe una tienda de mascotas
Que te miran por si vuelves algún día con tu mejor traje gris
Dos gatos guardan entre las uñas serpentinas. Tu lugar se ha reclinado
Todos duermen esperando que el rocío sea sólido y la lluvia aparque aquí.
Mientras yo esté, ese tugurio, esa candela del invierno evocará
Todos los truenos desatados del valor y los terrenos adobados por los dos
Puede que sí. A lo mejor en otro tiempo te veré. Y me dirás de la colonia aire de más
Música, ruído en el salón donde jamás, jamás, jamás
Mueren las uvas ni se seca el huracán porque a lo lejos
Y de cerca, no te vas.
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