Aventuras de Eva-Sión y Sor-Prendida : LA NIÑA
Cuando el local de Sor-Prendida se disponía a cerrar, Paul Bazo contempló con ternura la imagen de una chiquilla apoyada en la barra. Sus tacones plateados se mecían al compás de “qué va a ser de ti lejos de casa, nena, qué va a ser de ti”. Esas canciones que acostumbra a pinchar el dj cuando ya están las luces encendidas y el público abandona el lugar. Los borrachos rezagados suplicaban otra copa cuando Sor, profesional del ocio y negocio donde las haya, exclamó : “Largaros a vuestras casas de una puta vez ¡”.
Sor-Prendida, haciendo honor a su nombre, miró a la chiquilla.
-Pero si es una niña ¡¡- gritó-. ¿Cómo ha podido entrar aquí?
Paul Bazo, avergonzado, se disculpó como pudo. Que si un grupo grande había llegado en manada y no se dió cuenta, que si los tacones, que si la noche …
-Es una menor ¡¡ no es más que una niña ¡¡ Paul, cómo has podido?
La criatura , dulce como la miel, asustada y encogida, rompió a llorar.
-No quiero volver a casa. No quiero volver nunca más. Por favor, ayúdenme ustedes. No soporto a mi padre.
Sor, conmovida como nunca, la estrechó tiernamente entre sus brazos.
-Tranquila, pequeña. ¿Cómo te llamas?
-Angustias Rajoy, respondió.
-Angustias Rajoy ¡¡ -exclamó Sor-. ¿Eres la niña que estoy pensando que eres?
-Sí, soy yo, la niña. Angustias Rajoy. Por dios, no me lleven a ninguna comisaría ni a la asistencia social. He venido aquí porque una amiga del colegio me ha dicho que una tal Eva- Sión me puede ayudar.¿Ustedes la conocen?
-Claro ¡¡ está a punto de llegar. Siempre aparece a última hora para tomar chocolate con churros.
-Ay, doña Sor, ustedes me invitarían a chocolate con churros? No saben el tiempo que hace que no los como, mi padre no me deja.
Eva-Sión apareció huracanada y mordaz. Se abrazó a la pequeña Angustias como si le fuera la vida en ello.
-Nadie debe saber nada de todo esto. Me llevo a la niña y santas pascuas. Una amiga de mi hija me lo ha contado todo y por eso Angustias ha venido aquí. Nadie la buscará porque se la han inventado, no es real. Voy a adoptar a la niña.
-Te vas a meter en un lío de cojones, Eva. Ya tenemos bastante con las chaladuras de Candy , con nuestras deudas en la seguridad social y con esta puta crisis como para adoptar a una criatura …
-Está todo pensado, Sor. Tengo un amigo que falsifica pasaportes y partidas de nacimiento. Vamos a salvar a la niña. Y se va a llamar Felicidad Prendida Sión.
¿Puedo ser el padre? –preguntó Paul Bazo con los ojos húmedos.
-Serás su padre, Paul. Y nosotras sus madres. Angustias, quítate esos tacones de putón inmediatamente. Mañana vamos a Zara para vestirte como a una niña glamourosa.
Angustias dejó de llorar. El chocolate con churros le devolvió la sonrisa que jamás debió perder.
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