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Consuelo García del Cid Guerra

Corin Tellado: La mujer que hizo leer

"A insinuar me enseñó la censura, porque decía las cosas claras y eso me lo rechazaban. Hubo meses que me rechazaron hasta 4 novelas. Aprendí a contar lo mismo pero con sutileza, así nunca me dejé nada por decir."

-Corín Tellado-

 

 

 

 

 

 

 

La autora más leída en castellano, por detrás del mismísimo Cervantes. Dama rosa de novelas rosa. Historias de amor con final feliz. Dueña del drama, la tragedia y todos los colores del arco iris con forma de mujer.

Ha muerto este sábado a los 82 años en su casa de Gijón. Más de cuatro mil novelas publicadas y cuatrocientos millones de ejemplares vendidos.

 

 

 

Sin marketing, sin otra arma que su propia pluma. Sin grandes pretensiones pero con la habilidad de hacer leer a mujeres de todos los estratos sociales.

Vargas Llosa la define como “un fenómeno social y cultural extraordinario. Hizo leer a gente que jamás lo hubiera hecho, personas a las que les permitió soñar”. Corin Tellado, apartada de los escenarios literarios, escribió a su aire y nunca dejo de ser aquella exquisita provinciana, siempre imaginada frente a la maquina de escribir sobre una mesa camilla de faldones aterciopelados.

Boris Izaguirre dice : “En mi casa de Caracas, nuestra tata Victoria Lorenzo aprendió a leer con esas novelas de Corin Tellado publicadas mensualmente en la revista Variedades. Y fue ese milagro, el que mi tata abandonara el analfabetismo lo que me llevo a leerlas también”.

Y cuanta razón tiene Boris, porque recordando a mis tatas descubrí yo misma a Corin. Aquellos libros de tapa blanda y hojas amarillentas, cedidas por la usura y manoseadas en exceso, escondían amores imposibles, lágrimas fáciles y sobre todo, una gran curiosidad por conocer su final.

Solo leí una. No acierto a recordar la edad que podía yo tener, pero menos de veinte. La devore de un tirón: Se hacia leer.

Esas tatas que ya no existen, pasaron de Corin Tellado al graduado escolar, mientras sus señoras la leían también, pero a escondidas. Cuantas mesillas de noche esconden, todavía, alguno de esos libritos. Cuantas librerías de viejos, paradas de los encantes o del rastro madrileño. Son ejemplares gastados porque se han leído. Y se han leído mucho.

Ninguna de sus novelas alcanzo las cien páginas. Tal vez era un truco o estaba premeditado para llegar al final. Pionera del relato femenino, de la verdadera razón de ser mujer, amante, madre, esposa, hembra. El largo camino hacia la madurez pasando por las más grandes confusiones. Las decepciones, el concepto de “hombre” desde el amor y por el romance.

Corin dijo : “No es que lo cursi sea malo, es que la gente le tiene miedo”. Porque sus historias eran cursis cuando el hecho era reprobable. Hubo un tiempo en que el color rosa abanderaba la cursilería y no tenia otro sentido que la burla. Hoy llamamos fuerza rosa al orgullo gay. Corin Tellado queda en la memoria no solo por haber escrito: Hizo leer como nadie y más que a ninguna, fundamentalmente a todas las que leían un libro por primera vez. Y por ese libro se decidieron a estudiar, a florecer, a aprender y a labrar un camino distinto de aquel que casi siempre nos marca el destino. Gracias, Corin.

 

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