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Consuelo García del Cid Guerra

EL HOMBRE DE NEGOCIOS

No hace mucho le dijeron : “ En los negocios, hay que empezar como enemigos para terminar siendo amigos”. El tipo no le caía ni bien ni mal, pero la frase no le gusto en absoluto. Ella no tenia intención alguna de ser su enemigo, ni al principio ni al final. Tampoco su amiga una vez cerrada la operación. Solo era un negocio. Ni mas ni menos.Actuó por puro instinto y no mostró excesivo interés. El si. Ella le dijo abiertamente, que no compartia en absoluto su forma de ver las cosas. Que no seria su enemiga ni su amiga, que se trataba de un intercambio mutuo de intereses beneficioso para ambas partes. “No –insistió- . Los negocios son una cosa muy seria, van mucho mas allá. Si nos va bien, estaremos unidos para siempre. Y si nos va mal, terminaremos peleados o delante de un juez”.

Una sociedad es un matrimonio laboral. No importa el sexo de los socios, todo es dinero.. Uno insiste siempre en marcar la diferencia. Pero cuando la hay, con gran facilidad te convierte en sospechoso. Por tu forma de vestir,  la longitud de la melena a una edad determinada, por el periódico y los libros que lees, por la música que escuchas. Por el bolso, la cartera,el reloj y los pendientes. Cuando se toma conciencia de que debes medir las palabras, Cuando los pequeños detalles que son imposibles de medir en cifras nos delatan y sabes que un paso en falso te hará perder irremediablemente, es mejor saber retirarse a tiempo, siempre marcando la diferencia.

“Todos tenemos un precio”.

-Yo no, se lo aseguro. Pregunte por mi en cualquier parte, siga mi trayectoria si quiere o sigame el rastro, y podrá comprobar que no es así. Pongase en frente o delante de mi en la reunión que quiera : Le aseguro que el lugar no cambiara la fuerza de mi discurso.

“Todos somos capaces de hacer muchas cosas por dinero”

-Yo no único que soy capaz de hacer por dinero es trabajar, y como una bestia, creame. Si creo firmemente en un proyecto, apostare por el hasta el final. Iré siempre de frente y dando la cara. Conmigo puede tener a la mejor aliada siempre y cuando las cartas estén boca arriba. Pero si me miente, por mucho dinero que nos estemos jugando, me retirare de inmediato.

“¿Pero esto que es, una declaración de principios?’”

-Usted pregunta, y yo contesto. Usted habla, y yo le doy mi opinión. Nada mas.

Por cierto, muy bonito su Cartier.

-Si, gracias. Me costo un dineral. Pertenece a una serie numerada, hay muy pocos como este, es una pieza de coleccionista.

Ella fijo la mirada en la esfera del reloj. Saco una lupa del bolso mientras el la miraba, estupefacto. Puso la lupa ante los numeros romanos y se detuvo en el VII : el 7. Sonrió con la boca torcida. Dijo :

-Es falso. No se si miente usted, que es lo que creo, o si le mintieron al vendérselo, cosa que dudo. Pero por el color rojo de sus mejillas ahora estoy segura de que miente. No vamos a hacer negocios nunca. No hemos llegado a ser enemigos, ya lo ve, y tampoco amigos. Simplemente acaba de hacer el ridículo, porque me ha mentido. Y alguien que miente por aparentar no puede formar parte de mi equipo ni de mi empresa.

El se quedo mudo y colorado como un pimiento morrón. La miraba con ganas de escupir en alguna parte. Encendió un cohiba y dijo :

“¿Cómo carajo sabe usted que el cartier es falso?”

-Nunca se lo diré. Es algo que me enseño un homeless. Una información única y valiosa que solo puede tener quien ha vivido mucho y lo ha perdido todo, como el y como yo. La autenticidad tiene un precio, no lo olvide nunca. Y el precio es el peaje que se paga por ser autentico.

El se levanto, enfurecido. Tenia razón : Ella era ya su enemiga, hiciera lo que hiciera.

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