LINCHAMIENTOS MEDIATICOS
Los linchamientos mediáticos parten, aparentemente, de una noticia o serie de acontecimientos encadenados que culminan en escándalo. No importa el personaje, famoso o anónimo. En el momento de la tormenta, estallan los canales autonómicos y nacionales en busca de "la noticia".
Cuestionar, a estas alturas, el significado de la palabra "noticia", es de tontos, pero yo nunca olvidaré algo que me produjo un escalofrío desolador : Hace algunos años, se publicó que Miguel Bosé estaba muriendo de sida, como también se dijo de Amparo Muñoz. Era totalmente falso. Ambos acudieron a distintos platós para desmentirlo y defenderse. Incluso, en el caso de Amparo, se llegó a entregar un análisis de sangre al presentador del programa para acalllar semejante calumnia. Miguel Bosé, muy cabreado, durante una larga entrevista concedida a Mercedes Milá, dijo lo siguiente: "No dejes que la realidad te estropee una buena noticia. Esta frase se está transmitiendo en la Facultad de Ciencias de la Información a los jóvenes, futuros periodustas. A partir de aquí, ¡qué podemos esperar?"
Me pareció tremendo. Ha llovido mucho, pero los frutos naturales hoy resultan antinaturales y despiadados. La llamada "prensa del corazón", no tiene corazón. No sopesa los efectos posteriores que a cualquier persona anónima le produce una intervención en directo. Simplemente pone precio, un precio normalmente alto, al menos para aquellos que hasta el momento no son más que asalariados mileuristas que por distintos azares se han visto envueltos en cualquier tipo de lío, incidente o cuestión, junto al famoso. Acuden voluntariamente, por supuesto, pero sin tener la más mínima idea de dónde se meten y cómo van a salir. A algunos les importa un carajo retirarse sin dignidad, aguantar los insultos, acosos y desprecios varios. Otros son puros provocadores, y el resto, la mayoría de las veces, miente. Lo que se entiende como " montaje", no es más que una estrategia premeditada con el fin de generar audiencia. Se pacta con el diablo, se juega a la ruleta rusa, al tú la llevas y a careos teatrales premeditados con nocturnidad y alevosía.
Ni son todos los que están, ni están todos los que son. Existen -todavía, créanme- personas auténticas cuyo silencio es el de las sirenas de Kafka :
"Hay algo más terrible que el canto de las sirenas: Su silencio. De su voz, ciertamente que alguien podrá huír, pero nadie lo hará jamás de su silencio".
Un ejemplo evidente y palpable : Eva Carreño. Amiga íntima de "la divina", que se mantuvo callada durante cinco largos años, cuando podía haberse forrado desde el primer minuto. Pero no lo hizo. Eso es lealtad, respeto, amistad, sensibilidad y señorío. El mismo que me demostró en su día Paloma Hurtado, hija de la gran Mary Carrillo, cuando al leer la columna que escribí a raíz de la muerte de su madre , se tomó la molestia de agradecérmelo personalmente por escrito y de un modo tan emocionante como entrañable.
Dicho esto, el pasado martes, el especial "La Noria: Isabel Pantoja, crónica de una ambición", realizó un gran trabajo de investigación uniendo pieza a pieza un puzzle llamado "Operación Malaya", donde una historia de amor termina en el más profundo de los lodos, con trullo incluído, delitos por doquier, corrupciones varias y pasta como para marear a todas las oficinas de empleo de mi ciudad. Sin embargo, me pregunto quién, cómo y cuándo, entrega una serie de papeles escritos a lápiz que -supuestamente- reflejan las comisiones cobradas y sus conceptos. Qué validez real se le puede dar a cuatro páginas arrancadas de un cuaderno y escritas con letra de analfa o -como mucho- con certificado de estudios primarios.
Ex trabajadores que nunca fueron dados de alta en la seguridad social ( manda narices, Pantoja), personal de servicio doméstico(filipino)que no aguantaba ni una semana debido a un exceso de trabajo -según declaraciones de otros- cercano a la esclavitud, y otras lindezas dignas de serial tipo hermanas Bronte. Cuidado. Tiemblen todos ustedes después de haber reído, porque la noche del pasado martes, se realizó un linchamiento mediático en toda regla con forma de espectáculo informativo. Puro lumpen a lo grande y con caja fuerte, tanto como esta historia, que debería haberse quedado en "lamentable" pero se nos ha servido en bandeja de plata a modo de información especial, como si la estuviesemos esperando porque hasta entonces no podíamos vivir sin ella. Que quede muy claro: La Pantoja me cae mal, pero no seré yo quien la juzque con unas cuantas líneas. Ya lo ha hecho la más grande de las cadenas. Sea verdad o no, mentiras a medias, falsas informaciones, exageraciones varias, se metió el dedo hasta en fondo en una llaga cuya sangre no pertenece a una sola persona. De eso estoy segura.
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