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Consuelo García del Cid Guerra

HELMUT BERGER

http://www.youtube.com/watch?v=awPHII9eEjg

 

 

 

Helmut Berger me impactó de forma rotunda la primera vez que le vi en “El jardín de los Finzi Contini” junto a una magnífica  Dominique Sanda . Guapo entre los más guapos, peligroso, confuso. Un actor apadrinado por el mítico Visconti, en brazos y  con abrazos carnales, de la trémula carne que tituló nuestro Almodóvar en uno de sus films. Brazos, insisto, físicos y artísticos elevados a la máxima potencia. Ochenta películas rodadas en las que según afirma Berger, los productores no le dieron de alta en la seguridad social.  Malvive con una mísera pensión italiana de 200 euros al mes y se ha declarado indigente. Hace pocos días,  la  gran Laura Antonelli daba a conocer una situación parecida : Estaba en la más absoluta miseria.

Helmut Berger ha trabajado de forma irregular y publicó una escandalosa biografía hace ya más de diez años en la que cuenta con todo lujo de detalles sus devaneos sexuales con el matrimonio Jagger –Mick y Bianca- , Rudolf Nurejev y otros famosos personajes de su época dorada.. Era un joven dorado, un delfín acusado de piel blanca en la que el nácar se posaba sobre aquel rostro tan sumamente hermoso. A sus 66 años, deformado hasta el punto y seguido, Helmut Berger se ha convertido en un monstruo maltratado por sus propios excesos. Alcohol, todas las drogas, sexo peligroso. Actualmente vive en Ibiza acogido en casa de la condesa Serra di Cassano.

Tras la muerte de Visconti, su amante, se abandonó lentamente e inició un periplo destructivo –consciente o inconsciente- acompañado de una gran depresión.

Ayer contemplé la patética imagen de Berger en el Corriere della Sera. No ha sabido retener ni un ápice de aquella extraordinaria belleza. Tres secuencias magistrales : El jardín de los Finzi Contini, La caída de los dioses y Ludwig, junto a una espectacular Romy Schneider, triste entre las más tristes de las actrices fallecidas antes de tiempo.

Los juguetes rotos tienen un escaparate fácil y opinión pública para sus pecados impúdicos. Helmut Berger estaba tocado por la mano de los dioses y la naturaleza fue tan generosa con él que la belleza exterior tal vez se cargó el interior. Su intimidad tortuosa desdibujó los rasgos angelicales que le perfilaban y un brochazo de única y verdadera mala vida . Esta, la de ahora, que le ha dejado en la miseria víctima de su propia historia. Soportar y sopesar la fama no es tarea fácil. Y vivir el ocaso y caída de sus particulares dioses, muchísimo menos.

 

http://www.youtube.com/watch?v=heQDuCTkqMc

 

 

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