DIA MUNDIAL DEL SIDA

No te recuerdo porque jamás he olvidado. Nada. Desde el principio supe que el camino se aventuraba corto y tuve que asumir el diagnóstico. Me dejabas muy sola, muy delgada y ausente. Mantuve aquella mano entre la mía durante larguísimas noches. Se me quebró la espalda. Los párpados caían a cualquier hora como un telón forzoso que corría despacio. No quería dormir. Quedaba poco tiempo. Nadie entendía nada y yo lo sabía todo. Me dejabas la herencia del secreto y una magia distinta sin estrellas ni mago.
-Será una muerte muy dulce -me dijeron-. Y no se si lo fue. Yo te juro, Miguel, que no lo sé. Te he visto pasar por multitud de lugares donde nunca estuvimos. La arena de Tánger mantiene tu sonrisa y la Plaza Mayor de Madrid todas tus madrugadas. En Vigo hay una esquina donde escribí el insomio, Sevilla escucha tu aria favorita, y el hombre de tu vida apareció en la mía hace muy poco. Saludó lentamente..."soy yo" -me dijo- le conocí en Milán hace más de dos décadas...
Tu enfermedad maldita ha sido la peor y tiene un día mundial. Cuando el mundo se une, entero, para conmemorar a los caídos y afectados, una lista tan larga como lo fue tu sombra, la oración infinita comienza a desfilar sobre el perfil sagrado de lo que fue tu rostro, deteriorado, hermoso, triste, grande y rotundo. El gesto que mantengo es aquel que me has dado durante tantas noches recogida a tu lado, pendiente de tus toses, espasmos y residuos.
La habitación estrecha se hizo pasadizo donde nadie cabía, sólos tú y yo hasta el limbo, infierno o tierra extraña que nadie prometió.
Te dejo esta canción. Va por Franco y por mí. Hasta el año que viene.
http://www.youtube.com/watch?v=90epCXhGnxE
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