DIA MUNDIAL DEL SIDA
Tus últimas palabras inconscientes fueron : "Tu hermana está a 16 grados". Yo no tengo hermanas, y hoy, quince años más tarde, en Salzburgo estamos a diez bajo cero. Será la temperatura helada que me dejaste tras tu marcha. La que atiende este corazón partido. Eran las dos de la madrugada. Un nueve de junio. 1995.
No te recuerdo porque jamás he olvidado. Nada. Desde el principio supe que el camino se aventuraba corto y tuve que asumir el diagnóstico. Me dejabas muy sola, muy delgada y ausente. Mantuve aquella mano entre la mía durante larguísimas noches. Se me quebró la espalda. Los párpados caían a cualquier hora como un telón forzoso que corría despacio. No quería dormir. Quedaba poco tiempo. Nadie entendía nada y yo lo sabía todo. Me dejabas la herencia del secreto y una magia distinta sin estrellas ni mago.
-Será una muerte muy dulce -me dijeron-. Y no se si lo fue. Yo te juro, Miguel, que no lo sé. Te he visto pasar por multitud de lugares donde nunca estuvimos. La arena de Tánger mantiene tu sonrisa y la Plaza Mayor de Madrid todas tus madrugadas. En Vigo hay una esquina donde escribí el insomio, Sevilla escucha tu aria favorita, y el hombre de tu vida apareció en la mía hace muy poco. Saludó lentamente..."soy yo" -me dijo- le conocí en Milán hace más de dos décadas...
Tu enfermedad maldita ha sido la peor y tiene un día mundial. Cuando el mundo se une, entero, para conmemorar a los caídos y afectados, una lista tan larga como lo fue tu sombra, la oración infinita comienza a desfilar sobre el perfil sagrado de lo que fue tu rostro, deteriorado, hermoso, triste, grande y rotundo. El gesto que mantengo es aquel que me has dado durante tantas noches recogida a tu lado, pendiente de tus toses, espasmos y residuos.
La habitación estrecha se hizo pasadizo donde nadie cabía, sólos tú y yo hasta el limbo, infierno o tierra extraña que nadie prometió.
Te dejo esta canción. Va por Franco y por mí. Hasta el año que viene.
http://www.youtube.com/watch?v=90epCXhGnxE
No te recuerdo porque jamás he olvidado. Nada. Desde el principio supe que el camino se aventuraba corto y tuve que asumir el diagnóstico. Me dejabas muy sola, muy delgada y ausente. Mantuve aquella mano entre la mía durante larguísimas noches. Se me quebró la espalda. Los párpados caían a cualquier hora como un telón forzoso que corría despacio. No quería dormir. Quedaba poco tiempo. Nadie entendía nada y yo lo sabía todo. Me dejabas la herencia del secreto y una magia distinta sin estrellas ni mago.
-Será una muerte muy dulce -me dijeron-. Y no se si lo fue. Yo te juro, Miguel, que no lo sé. Te he visto pasar por multitud de lugares donde nunca estuvimos. La arena de Tánger mantiene tu sonrisa y la Plaza Mayor de Madrid todas tus madrugadas. En Vigo hay una esquina donde escribí el insomio, Sevilla escucha tu aria favorita, y el hombre de tu vida apareció en la mía hace muy poco. Saludó lentamente..."soy yo" -me dijo- le conocí en Milán hace más de dos décadas...
Tu enfermedad maldita ha sido la peor y tiene un día mundial. Cuando el mundo se une, entero, para conmemorar a los caídos y afectados, una lista tan larga como lo fue tu sombra, la oración infinita comienza a desfilar sobre el perfil sagrado de lo que fue tu rostro, deteriorado, hermoso, triste, grande y rotundo. El gesto que mantengo es aquel que me has dado durante tantas noches recogida a tu lado, pendiente de tus toses, espasmos y residuos.
La habitación estrecha se hizo pasadizo donde nadie cabía, sólos tú y yo hasta el limbo, infierno o tierra extraña que nadie prometió.
Te dejo esta canción. Va por Franco y por mí. Hasta el año que viene.
http://www.youtube.com/watch?v=90epCXhGnxE
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