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Consuelo García del Cid Guerra

CARLA ANTONELLI

“…Contra las rocas se estrellan mis enojos

Y así toda esperanza volverá …

Malos tiempos para la lírica…”

 

(Para Ángel, con singular afecto).

 

http://www.youtube.com/watch?v=ZKGxfGtI9iA

 

 

 

 

Lo cantaba Golpes Bajos ante una España supuesta.Mente abierta que se cierra de nuevo  a la tolerancia, al respeto más elemental en manos de fundamentalistas, tan grandes como estrechos, tan extensos como terribles. Esa mano negra regresiva y correosa que abraza minorías para exprimir toda savia intelectual, vencida a la derecha e inclinada hacia sus propios saltos, mortales de necedad.

 

Para ellos, Carla, el transexual es el peligro.

 

El miedo a ser presentado, invadido, retado, posible. Temen las otras formas de estar en el mundo,  cualquiera que sea distinta a la suya y se encuentre fuera de su catecismo. Temen cualquier expresión de libertad desde esas ataduras con forma de cilicio que rodean su sexo. Sienten pavor a perder el des. Conocimiento conocido, y una inquisición hereje de principio de siglo vaticina el final. Temen su propia sombra cuando el paso del tiempo desdibuja su aspecto. Cuando la madre tierra entrega nuevos frutos, luchas incombustibles sobre el saber y estar. No reconocen personas, única.Mente sexo, y su casualidad entre las piernas se alborota, solitaria y perdida, en consecuencias húmedas y mucho que ocultar. Temen tu inteligencia, tu postura, tu arrojo y posición. Temen, Carla, el análisis de su propio problema y la afrenta personal. Arañan sus hormigas y fuegos interiores para poder lanzar ese tremendo insulto, ese desprecio innato, esa manzana rota y arrojada que destila gusanos genealógicos, desde aquí al más allá. Su costilla de Adán, su docena de huevos estrellados sobre los mandamientos –se dice- que divinos, penitencia y pecado, castigo al fuego interno, fiebre letal indigna directa a una señal que ya no indica –excepto- esa temperatura insoportable que concluye el esputo. Por lo que a mí respecta, estoy contigo. Tus golpes son los míos. Mi dolor es el tuyo, y los bajos son ellos.

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