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Consuelo García del Cid Guerra

Bajo el asfalto

Bajo el asfalto

El Ayuntamiento de Barcelona modificó ayer, 30 de Abril de 2011, la ordenanza de civismo (2006). A partir de Mayo, estará prohibido ir desnudo por la ciudad. También se prohibe transitar en bañador o pieza similar fuera de los aledaños de las playas. Las multas aplicables serán elevadas –cosa que no me apura en exceso, porque a estas alturas somos casi todos insolventes- .

La realidad es que en pelotas, lo que se dice en pelotas, van muy poquitos. Los hemos visto a todos, puesto que para ello se pasean como vinieron al mundo. Personal.Mente, que cada uno haga lo que le venga en gana. Pero a lo que no estoy dispuesta es a sentarme en la silla de la terraza de un bar –por ejemplo- donde un nudista ha posado su divino culo, con secreciones y fluídos varios, porque es una soberana guarrería. Tampoco a contemplar en vivo y en directo sus erecciones, que se producen –obviamente- en todos los cuerpos (animales y humanos), como a todo hijo de vecino. Por tanto, apelo a la higiene más básica, sin meterme en asuntos estéticos.

La calle es de todos y para todos –se supone-. Y a diario se contemplan todo tipo de esperpentos supuesta.Mente modernos. Y es que la moda ha degenerado una barbaridad en sus fondos y diversas formas.

Yo, que procedo de la llamada generación perdida, recuerdo la famosa expresión con que se nos definía en cuanto a la forma de vestir:  Cuidadosa.Mente mal vestidos. Pasábamos de las modas, y eso les molestaba muchísimo. Nos importaban muy poco las marcas, y por eso nos marcamos nosotros mismos como nos dio la gana. Duró poco, porque éramos muchos. Quizá demasiados. Y se levantó una gran industria al respecto. Real.Mente, marcamos la diferencia, hasta que se apropiaron de ella sin contemplaciones.

Cuando veo esas camisetas bélicas con manchas de camuflaje perfectamente estampadas y el correspondiente letrero en inglés –of course- que en la espalda reza: “Peace”, es que me parto, vamos. Y al comprobar el precio de prendas con agujeros, industrial.Mente desteñidas, imitando una usura que jamás existió, un falso desgaste para que gastes, más.

Como todo, no es más que humo, porque el verdadero siniestro está en otra parte.

Que cada uno enseñe sus partes cuando mejor le parezca, manteniendo una mínima higiene, puesto que nuestro cuerpo, al igual que la mente, genera suciedad.

 Otro día pensaré seria.Mente en la frontera real –si es que existe- de la playa a la  ciudad, y del bañador a la prenda similar. Más que nada –y con todo- para poder entender en qué momento y lugar concretos se produce la multa.

Por cierto : Debajo del asfalto, siempre estará la playa.

 

http://youtu.be/0xrMc6ZGs1w

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