CRISIS
El funcionario, el autónomo, el pequeño empresario : A ellos se les recorta. A todos aquellos cuya economía es transparente en sus declaraciones anuales. A los que reflejan su economía, sujetos con pinzas mes a mes y haciendo juegos malabares. Debe, haber, saldo.
España es el país de la picaresca. Existe –como nunca- un empleo sumergido alarmante. Cuidadanos que cobran subsidios y trabajan en negro haciendo chapuzas, amparados por un marketing que intenta –con todos sus medios- encorbatar al obrero para formar parte de cualquier pirámide multinivel : Usted puede ser rico y este es u negocio. Somos una gran familia.
Sociedad de consumo que insiste en consumir la más dura de sus drogas : El dinero. Mientras, seguirán indicando que el tabaco mata y nos cuestionarán como individuos sospechosos por un porro. No nos engañemos: Hemos sido estafados, utilizados, vilipendiados y humillados. Perdimos el orgullo al creer en una propiedad privada impuesta, como si al firmar ante notario nos concedieran un título nobiliario, cuando nos estaban comprando la dignidad, nos estábamos vendiendo al mayor y mejor postor: La banca, contra la que ahora escupimos gargajos multicolores producto de una infección mucho más que bucal, víctimas de una pandemia moral, atrapados en sus intereses creados, pero no nuevos. La banca ha sido, es y será, el Midas por excelencia, y en sus brazos lo hemos perdido todo.
Volvemos a emigrar como antaño, avanzados únicamente en la estética que pudimos comprar. Nadie se larga con boina y hatillo, pero es el mismo marrón. Maletas de Vuitton –falsas o auténticas- , relojes que dejarán de marcar nuestras propias horas, idiomas que no hablamos, sol que olvidaremos a la fuerza, frío exterior y frío en el alma. España es una gran piel de toro, un animal negro, charolado, que nace para morir. Tenemos el mismo sistema nervioso central, sufrimos con la misma intensidad, pero a lo racional :El toro ha matado al hombre.
Ha sido siempre la bestia, y nos creímos los bellos. Hemos matado España.
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