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Consuelo García del Cid Guerra

BIANCA JAGGER, LA SEÑORA DEL ANILLO

BIANCA JAGGER, LA SEÑORA DEL ANILLO

Vivir en una ciudad donde casi nunca pasa nada y los unos hablan de los otros como peligroso deporte verbal, no deja de resultar curioso para alguien como yo, acostumbrada a las grandes urbes donde todo es grandioso, descomunal y posible.

Cuando sucede algo en Salzburgo, se entera todo el mundo. Es más, incluso cuando no pasa nada, se lo inventan, porque de algo tienen que hablar. Y la historia que escuché hace pocos días, después de ser contrastada ,tiene su delito.

Resulta que en 2008, Bianca Jagger, ex esposa del morritos Rolling Stone, perdió un anillo valorado en 200.000 euros. La comprometida activista pro derechos humanos, extravió su preciada joya frente a un hotel de Salzburgo durante el festival de ópera. Curiosa afirmación, para empezar. ¿Cómo se sabe con precisión cuándo y dónde se pierden las cosas? ...Imagino que a semejante personaje ni se le discute, of course.

La señora lo denunció a las autoridades, que hicieron lo imposible por encontrar el anillo perdido. Imaginen una brigada de policías en busca del susodicho anillo, activados al instante y mirando bajo las mesas.

 Según el periódico Salzburger Nachrichten, se publicó que Jagger “ha subrayado categóricamente que ella perdió el anillo y que no se trata de un robo”. La pieza era de platino y con una aguamarina de 15 cm de diámetro rodeada de diamantes. Fue diseñado por ella misma y creado por un joyero inglés. Un caprichito, vamos.

 Según la ley austríaca, el hallazgo de cualquier objeto valioso implica una recompensa del 5% : Es decir, en este caso sobre los 10. 000 €.

Pero he aquí que un empresario del lugar encontró el anillo de marras unos días más tarde, que muy bonito no sería ( o el señor estaba poco puesto en materia joyera)  puesto que lo confundió con un llavero de bazar y se lo regaló a su hija para que jugara con él. Pobre hombre. Caray con la niña, que anduvo trasteando una pieza de 200.000 euros entre cacharros de plástico, muñecas de trapo, plastilina y rotuladores. Tras regresar de un viaje, su papá leyó en la prensa lo sucedido y corrió a entregar el anillo a las autoridades, como corresponde.

Pero Bianca se negaba a pagar la recompensa establecida por ley, alegando que el empresario austríaco encontró la pieza un 22 de agosto y no la devolvió hasta primeros de septiembre : Ocho días de diferencia –al parecer- susceptibles de  gravísima confusión, sobre todo cuando hay que pagar diez mil euros a alguien. Y ella no estaba –ni está- dispuesta a pagar.

La cuestión es que el buen hombre interpuso una querella contra Bianca amparándose en la ley austríaca : Quería su 5%, y en su derecho estaba.

Intentando llegar a un acuerdo, Bianca Jagger hizo la siguiente propuesta:

Pagar 9000 euros a la organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional  y los restantes 1000 euros a la hija del querellante.

Se lo traduzco: 1000 euros para la niña (a modo de propinita) que jugó durante ocho días con doscientos mil euros en potencia y el resto para Amnistía Internacional, porque ella lo decide, y ya puestos,incluso lo administra, mientras sigue brillando su imagen de rompedora activista solidaria,porque suyo es el anillo, porque ella lo pierde cómo y cuando le da la real gana, que para eso es quien es. Dicho sea de paso, su abogado, muy cabreado, dijo que era “ridículo” aceptar el hecho de que una joya semejante fuera confundida con un llavero y utilizada durante ocho días como un juguete.

Pues verás, Bianca Pérez Mora de Macías  - ese es tu nombre original antes de contraer matrimonio con el morritos, enlace que por cierto duró ocho años y apellido del que no te has desvinculado, puesto que nunca será lo mismo Jagger que Pérez, dónde va a parar-.

 Verás –digo- Bianca Pérez : Tu activismo pro derechos humanos como Embajadora de Buena Voluntad (Consejo Europeo), tu terrible impresión ante el régimen Somoza en 1979, tu oposición a la intervención estadounidense tras la revolución sandinista, tu lucha por los derechos de las mujeres y minorías indígenas de la tribu Yanomami y tus colaboraciones con Amnistía Internacional y demás, no se corresponden con la actitud de una pija cuya pataleta y/o tacañería –supuestamente-  impide pagar lo que corresponde por ley a quien encontró tu anillo de platino y diamantes con aguamarina. Me pregunto si lo llevas cuando defiendes tus causas o apuestas por el chaquetón de pana de toda la vida. Me pregunto, también, cómo has permitido que el asunto se prolongue en el tiempo (2008-2011) querella viene querella va, hasta –según se dice, comenta y rumorea- acusar de robo en toda regla al pequeño empresario austríaco cuya hija jugó durante ocho días con semejante joya no reconocida. Te creía auténtica. De verdad, te creía. Pero tras semejante historia, lo único auténtico que de tí me llega es el anillo.

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