CAMPAMENTO DE VERANO
“Los escritores no valen para nada.Lo que valen son los libros”. Palabras textuales de Mercedes Milá en El Gran Debate hace muy poquitas semanas. Respondía con ello a Almudena Grandes, que publicó un magnífico artículo : http://elpais.com/elpais/2013/05/30/eps/1369908060_462073.html
“No se dejen engañar, escojan la literatura. Atrévanse a dejarse seducir por los autores que se juegan la vida en lo que escriben, acepten esa apuesta preciosa, solemne, y no caigan en la trampa de lo que parece igual pero es distinto”. Se refería a los famosos mediáticos que publican un libro contando su vida.Famosos sobre los que se escribe,se habla,se rumorea...famosos que se venden, pero que no escriben, porque no saben.Y mira por dónde, Lucía Etxebarría entra en un realitiy junto a Carmen Bazán –primera expulsada por presión familiar-.Lucía, junto a la madre del torero (recién biografiada y con libro calentito), el hijo de otro torero, una ex de Paquirrín, el padre de una “gran hermana”, Olvido Hormigos, Mónica Pont...estas dos últimas con larga experiencia en ser escupidas,insultadas y vejadas por todo el rejoneo de ese Sálvame diario y de Luxe,que es lo que es. Un programa del que todo el mundo habla pero –al parecer nadie ve-. Telebasura. Caca que huele tal inmensa mayoría que revienta las audiencias. Pero –insisto- le llaman telebasura y nadie lo ve. Una de dos: Se ha oficializado el cotilleo más bajo o nos encanta la mierda.Hay cancha y mucha materia.Los-las hay, capaces de vender a su madre por cinco minutos de plató.Y no nos equivoquemos: El perfil no pertenece únicamente al pueblo inculto y más llano. Tampoco a los que necesitan desesperadamente dinero.Hay de todo.Desde el anónimo próximo que no para de autobombearse en las redes sociales y afirma haber rechazado programas cuando no le han llamado en la vida hasta los que realmente son llamados, rechazan aparecer y la gente asegura que miente porque lo que pretende es su minuto de gloria.Y ese minuto, como lo tengas, sale carísimo. Es un viaje de alta velocidad que lleva del cielo al infierno.Lucía Extebarría ya era famosa, pero por escritora. Una escritora que inyectó sangre nueva, que ha ganado los premios más relevantes antes de cumplir los treinta.Me caía mal, y cuando entró en el desdichado reality, me pareció un verdadero disparate.
“Se ha metido en la boca de todos los lobos, se va ahundir y se la van a comer” –dije-. Y se metió por dinero, exactamente igual que todos los concursantes.Su deuda no es menor que la de otros ni mayor que la de nadie.Se la elevó como “representante del mundo de la cultura” porque es escritora.
Y culta lo es. Pero ser escritor no implica necesariamente ser culto.Así las cosas,Lucía, representante mediáticamente forzada del mundo cultural, de todos los escritores,ha cometido un error inmenso y como tal lo ha reconocido.Se ha hundido porque es un ser humano ajeno a los realitys, donde la dignidad brilla por su ausencia, la traición es una profesión y el chivateo una verdadera vocación.En ese período de carencia humana que concede la televisión, se levanta una audiencia salvaje que genera dinerales.Colaboramos con el espectáculo, con la publicidad, con los mensajes de texto, las votaciones,la calumnia, el grito y el insulto. Y lo prolongamos en las redes sociales poniendo sello de lacre.
Un pasaje de La Divina Comedia, canto tercero, dice:
“Conviene abandonar aquí todo temor, conviene que aquí termine toda cobardía.Hemos llegado al lugar donde te he dicho que verías a la dolorida gente que ha perdido el bien de la inteligencia.
Maestro ¿Qué es lo que oigo, y qué gente es ésa que parece doblegada por el dolor?
Me respondió:
-Esta miserable suerte está reservada a las tristes almas de aquellos que vivieron sin merecer alabanzas ni vituperio,están confundidas entre el perverso coro de los ángeles que no fueron rebeldes ni fieles a Dios, sino que sólo vivieron para sí.El cielo los lanzó de su seno por no ser menos hermoso,pero el profundo infierno no quiere recibirlos por la gloria que con ello podrán recortar los demás culpables”.
Lucía se ha marchado y se ha hundido. Hacer leña del árbol caído es un ejercicio despiadado. Cuestionar su estado psíquico voceando diagnósticos en boca del público notorio y los espadachines informativos licenciados en descarnios porque la escritora llora, tiembla, no puede, no quiere ni sabe estar, es cruel. Pero a esas crueldades mediáticas nos han acostumbrado, aunque nadie las ve, todos lo llaman telebasura y todos hablan de ella.
Pues ya está,Lucía.Te has equivocado y lo asumes.Fuera de lugar y fuera de contexto. Aislada, despreciada e ignorada por una tribu de personajes temporales con los que no tendrás que volver a convivir.
La literatura es una forma de vida.No dejes de escribir.No caigas en el error de meterte en un libro sobre semejante experiencia porque no vale tu pena y eso supondría un nuevo fusilamiento. Pero verás, se me ocurre lo siguiente:El formato de un reality creado por tí misma. Un reality de escritores. A ver quién se mete, quién no, quién destruye al otro, cuál es el más famoso, el que más libros ha vendido. Un escenario con psicólogos que mida el ego de los que cuando publican su libro se creen estar bajando las escaleras del Lido. Que los negros delaten a sus clientes, que salgan los escritores en la sombra, los padrinos y madrinas,las envidias y los odios, las publicaciones que hablan bien de una obra pevio pago, los premios concedidos desde su convocatoria...Es una idea.
Lucía, no sufras más.
“-Maestro ¿qué cruel dolor les hace lamentarse tanto?
A lo que me contestó:
-Te lo diré brevemente. Estos que no esperan morir, y su ceguedad es tanta que se muestran envidiosos de cualquier otra suerte.El mundo no conserva ningún recuerdo suyo, la misericordia y la justicia los desdeñan: no hablemos más de ellos, míralos y pasa adelante”.
(La Divina Comedia, Canto Tercero).
Un abrazo y una canción.
http://www.youtube.com/watch?v=UAm_uoV1z5k
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