EVA HUARTE SAENZ
Todos los amaneceres retratados con tu única luz, más allá de la perpetua. Aquella hermosa melena lacia, blanca e inmaculada. El paquete que me mandaste a Austria cuando te dije que en Salzburgo no venden leche condensada. Una piña colada con alcohol en la Barceloneta que nos sentó fatal. El buque oceanográfico García del Cid, una foto tras otra. Vivías asida a tu cámara, el diafragma a tus ojos, y ha sido muy fácil quererte desde cualquier lugar.
Eva Huarte, fotógrafa, pintora, escritora. Artista. Sensible donde las haya para bien y para mal. Apasionada, tremenda, radical en tus formas que moldearon ideas tan sumamente avanzadas : todo, absolutamente todo lo que predecías, se ha cumplido. La naturaleza, siempre mucho más allá del hombre. Lo divino, por encima de lo humano.
Tardes de largos paseos, alguna que otra comida rápida, intercambio de libros, y la última vez que te vi, en coche, me saludaste con la mano. No hubo nadie más hermoso atravesando la ciudad.
Buen viaje, compañera. No te recuerdo porque nunca te voy a olvidar.
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