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Consuelo García del Cid Guerra

Cristo y Rey

Cristo y Rey

Dice Tom Farrell ( lo escribió en un libro), que Bárbara puso a su hija el nombre de la cornuda más grande de España. Y no le faltó razón al seudónimo ( me reveló su verdadera identidad años más tarde). 
La Rey, que no reina ( todavía), ha sido citada en el Senado para declarar lo suyo con el emérito, al que dio cariño cuando lo necesitaba. Su entonces marido no le montó un Cristo de milagro porque en el fondo era un ángel.
Lo del Senado es de traca, al más puro estilo sálvame sin luxe, y se quedará en nada. Mientras, la hermosa vedette insulta a su amiga Jenny en directo, y pese a ser vecinas, ninguna parece lavar con Ariel los trapos sucios de ataño que ahora se reciclan, y la monarquía calla sin otorgar nada concreto. Qué cosas. El bueno de Ramoncín se despachó muy a gusto en la sexta largando por esa boca que la Rey cogió su coche de alta gama camino de Madrid y alguien manipuló los frenos. No se mató de milagro: un SM en toda regla. 
El machista real se lo montó en su tiempo con escaso decoro para con ella : la mandó a la cocina. 
Y la Rey, entre fogones, hizo lo que pudo. También apareció en un anuncio muy blanco y negro, diciendo que "Hacienda somos todos". En el mismo contaba cómo los Cristo García eran una familia feliz que repartía alegría e ilusiones desde una casa rodante.
Pero todo esto parece minimizarse tras hacer oficial el romance entre Bárbara y Bigote Arrocet. De Cristo al Rey, y de su Majestad a piticlín, piticlin. No cabe la menor duda : España es diferente. 

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