Esperamos nuestro día

El atardecer en el Náutico de Aguete. Las gaviotas. Mi primer bikini. Tu camiseta blanca con la lengua de los Rolling. Los macarrones de tu madre. El poema que me escribió tu padre. Todavía lo conservo, y enmarcado. Aquel telegrama que dijo : "Esperamos nuestro día. Jose.". Pero nunca llegó, porque mi madre, como siempre, interceptaba las cartas que me escribías. Yo no tenía llave del buzón. Nunca me la quiso dar. ¿ Qué tipo de madre roba las cartas de amor que recibe su hija?. Tú siempre conservaste las mías. Han pasado cincuenta años, y esta noche he sabido que ya no estás. Cierto que no nos comunicamos demasiado, pero nunca nos perdimos la pista. La última vez que nos vimos, recuerdo que elegiste un restaurante árabe. Hablamos sin parar, durante horas. Nos despedimos en el aeropuerto, y ni por un segundo se me pasó por la cabeza que podía ser la última vez. Pero quédate tranquilo, José Manuel, porque tus secretos mueren conmigo.
Qué guapo eras. Y menudo carácter ... Fuiste el primer hombre que me impresionó de verdad. Admiraba tu talento, tu inmensa sabiduría y tu interés por las cosas. Yo tenía dieciséis años, tú un par más, si mal no recuerdo. Aguete era una isla donde el tiempo nunca se paró. Contemplamos el atardecer en absoluto silencio. El cielo cambiaba de color, creando líneas grises que dibujaban formas. Los embriones de las nubes se agrandaban rápidamente, siendo atravesados por docenas de gaviotas. Olía a mar. Ya entrada la noche, en el Club Náutico ponían Tubular Bells. Es uno de los momentos más cercanos a la felicidad que he experimentado contigo. Fuimos grandes cómplices, y después, grandes amigos. Lo nuestro era imposible, y lo sabías tan bien como yo. Unos veinte años después, si es que no me falla la memoria, quisiste volver. Pero tú estabas casado y yo también. Me cerré en banda.
Tu madre es una de las mujeres más maravillosas que he conocido. No he vuelto a palpar semejante ternura. Y tampoco he vuelto a pisar Aguete. No sé si podría. En esa aldea se esconde el verano más feliz de mi vida.
Te quise muchísimo, y sé que tú a mí, también.
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