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Consuelo García del Cid Guerra

COTO MATAMOROS, SIEMPRE

 

No entierres ese gran corazón que te acompaña, Coto. No te dejes vencer por parte alguna. No permitas que nadie te convierta en otro. Eres tú, nada más. Ahora con menos, tu imagen desolada me ataca como nunca. Arriba, Coto Matamoros. Arriba.

No permitas que nadie destroce en mil pedazos los restos de tu naufragio.. Hazte pirata y asalta el primer barco que veas pasar .Tu ser, esa persona altanera cuyo carácter se ha impreso en manuales de superviviencia a golpe de puñetazo limpio, sigue formando parte de ti. Has ayudado a mucha gente, Coto. Has hecho trasnochar a medio país, y es justo que ahora nos quites el sueño. Has sido el rey de la noche, el rey del mambo y el rey de reyes. Sigues siéndolo. Tus lágrimas sinceras nos descubren al hombre. Ese gran ser humano que siempre te acompaña. No les dejes jugar al juguete roto con el último juguete. No les hagas reír y tampoco llorar. Se tu, simple y llanamente. Porque eres bueno, Coto. Como pocos, y en ocasiones como nadie. Único. Irrepetible. Ciclón entre ciclones, razón de la tormenta. Rayos y truenos. Empapado hasta las cejas por tus verdaderos amigos.

Coto, no des cancha a los devoradores de audiencias. Es obvio que no tienen la más mínima consideración. Están esperando una palabra desde tu mas allá. para recoger los pedazos. Los que estamos contigo y te defenderemos en el infierno no nos alejamos. Porque no tienes por que ingresar en prisión, por supuesto que no. Porque tienes derecho a largarte donde quieras y como puedas. Has dado mucha pasta. Has generado tal cantidad de audiencia televisiva que se te debe mucho. Son cantidades intangibles que de alguna forma te corresponden. Puedes cargarte al personaje porque eres persona. Puedes tatuarte lo que te de la gana y donde te parezca, aunque es un claro síntoma de desesperación. Pero debes vivir.

La putada de un suicidio anunciado no nos la puedes hacer, Coto. Eso no.

Vales la pena y tu peso en oro, como el gran corazón que habita en ti.No estas solo.

 

Coto entre lágrimas

Nunca habíamos conocido este lado sensible del Coto, pero finalmente tiene que abandonar hablando con sinceridad y sin poder contener el llanto.

 

Coto entre lágrimas

Nunca habíamos conocido este lado sensible del Coto, pero finalmente tiene que abandonar hablando con sinceridad y sin p... más información sobre Coto entre lágrimas

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