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Consuelo García del Cid Guerra

Tu sastre tiene novia por vestir a la luna

De noche y sin iglesia, a solas en el bosque

En la jaula de un reno sin memoria

Bajo la luz de un brujo conocido.

Atardece en la calle ceremoniosamente

Las luces de las tiendas titubean

Mujeres y borrachos se buscan a cubierto

Bombillas y luciérnagas, alambres

Reaccionan sin paso ante el semáforo.

No llegues tarde, amor, se canturrea

Aún queda una hora para esconder tu cuerpo

Los maridos no saben que las esposas mienten

Los amantes se quedan tras la cortina y tú

Preparas la merienda y las hormigas

En tanto desdibuja al final de una estrella

Una estrella de mar sobre la tierra

Alas de golondrina y el príncipe feliz

Llora la fosforera abanicando grados

Nadie está en su lugar y es todo

grato.

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