DAVID GONZALEZ
DAVID GONZALEZ
EL DIABLO TE COMA LAS OREJAS
Estos poemas están dedicados
a todos los que me quieren mal.
A todos mis enemigos.
Que les follen, que se jodan.
He vivido el tiempo suficiente
Como para escribir este libro
¿POEMAS?
Cualquiera
que lea las cartas
que le mando
a mi madre
pensará
que se las escribo
desde un hotel
de cinco estrellas.
EL CAJERO AUTOMÁTICO
Voy a la caja
de ahorros
de Asturias
a cobrar un cheque
de la Fundación Municipal
de Cultura.
Un cheque por valor
de seis mil pesetas,
por la venta de cuatro
ejemplares de mi último
libro de poemas.
Cuando por fin
llega mi turno
y me acerco a la ventanilla,
el cajero
me mira con desconfianza,
me mira como si yo fuera
a sacar en cualquier momento
una pistola y gritar
¡Esto es un atraco!
¡Manos arriba todo el mundo!.
Me exige el carné de identidad,
lo examina cuidadosamente
y después se levanta, sale
y observo que se pone
a charlar con otra persona
y que los dos me miran
y menean sus cabezas.
Luego mi cajero vuelve,
pero todavía se demora
un poco más consultando
no sé qué en unos archivos.
Finalmente, de mala gana,
me acepta el cheque.
Y todo esto
porque ha visto mis tatuajes.
Los dos tatuajes
que llevo en las manos.
En la izquierda,
la estrella de David.
En la derecha,
el rostro
y el bastón de Charles Chaplin.
Pero él, en la estrella
no reconoce el símbolo
de la libertad,
y en el rostro
y en el bastón de Charlot,
no descubre el humor,
la carcajada,
la risa sana.
No. Él no ve nada de eso.
Solo ve dos jodidos tatuajes,
y en consecuencia, una cárcel,
y por tanto, un ex
presidiario.
Yo.
David González.
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