Blogia
Consuelo García del Cid Guerra

MAL TRATO

MAL TRATO

Como un deshaucio lento, legal y doloroso

amnistiada por fin , libre del todo.

Me levanté un día y ví otro rostro, una vida

que no era ya la mía. Ni siquiera escrita

en la lista de los desaparecidos. Poesía

perdida que la robó otro. Otro.

Decía, que tengas buenas pesadillas, puta

mientras daba la vuelta dentro de un pijama

roto y ensangrentado por su propios arañazos.

Un papel y otro lo decían, y lo decía él,

y yo me lo creía.

Doce apóstoles. Doce

años de lágrimas y surcos

doce gotas de suero.

Nadie te creerá nunca, me decía.

No te dejo señales. No te pego.

No tienes pruebas.Necesito

escasamente dos minutos

para hacerte llorar. Y yo lloraba.

 

Consuelo García del Cid Guerra

2 comentarios

Isra -

El día que presencie en directo un maltrato a una inocente me voy al truyo una temporada. Si, me voy al talego. PRESENTEEEEEEEEEEEEEE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Isra -

Un hombre que maltrata a una mujer está poniendo sus huevos de codorniz encima de mesa, es la manera que tienen de tener un cierto poder y de creerse algo superiores. No hay nada más necio que un tío que le da sonora hostia a una mujer. Es un tío endeble, maleable, carne de cañón para que lo ajusticie un hombre de los de verdad. Siempre he creído que el silencio imperante después de una hostia de un castrado a una débil, es el silencio de todos los hombres que vuelcan su inoperancia en una mujer débil. Los mas maricones suelen echar mano del maltrato sicológico. Esos son los maricones de los maricones, esos no tienen huevos ni de pegar y se dedican a machacar sicológicamente a su pareja hasta destruirla.

Un maltratador es un asesino de lo bello para toda la vida, no hay solución posible. Lo hacen con una y con veinte, su cerebro esta capado. Sus micropenes hacen que sean agresivos con saña, siempre con mujeres, nunca con tíos con un par de cojones. El caso es el siguiente: una vez bailando con una gitana bellísima que tenia la nariz desviada porque su ex se la había partido de un cabezazo, me dijo algo que se me quedo grabado a fuego: “Isra, abrázame, no quiero salir de tus brazos por nada del mundo”. Y es que queridos hijos de puta que maltratáis a una mujer, tarde o temprano ésta se va con un tío de verdad.