adolescencia
ADOLESCENCIA
Y no fueron felices, colorín colorado, mentirosa. Te sabías los cuentos
A cambio de un pedazo de pastel o de perfume, de una barra de labios
Su teléfono estaba escondido con todos los secretos. El período, regla
De almanaque gastado que no quiere los días ni los viajes muy largos
La adolescencia es un billete de metro revisado. Monedas y propinas
Susurros en la oreja. Un relicario, un sello, media canción. Actores
Imposibles, tú y yo, ahora no puedo. Te llamaré más tarde.
Fumar en los lavabos, borrar los besos, morir y desearlo. No me dejan
No puedo. Son las nueve, es muy tarde. Yo te llamo. Un cuaderno
De nombres, chinescas sombras, amigas para siempre, no me olvides.
La corteza de un árbol y un corazón escrito en el invierno. Salida
Acampada, guitarra, sueño roto. Tu nombre la pared, mi nombre
En los lavabos. Yo te llamo. Una playa recuerdo, un pájaro y tu jaula
Tres colegios. La marca que florece iniciando tu pecho. Los pelos
Ordinarios, nosotras. Una nota prendida en el ojal del miedo
Me quiere, no me quiere, yo le quiero. No sabe que me muero
Su colilla que huele al sabor de su dedo. Corre mientras te llaman
Sigue mintiendo. Novillos, jaque mate, dieciséis, diez y siete
Cuadros, flequillo. Breve mantilla negra. Miércoles y Domingo.
Entre mi falda crece la posibilidad. No viene. Dijo a las tres.
No viene. Mariposas, membrillo, pan con nueces. Un vaso de agonía
Esa angustia creciente. Cuéntamelo, qué ha dicho. Una marca
En la arena del verano perdido. No le volveré a ver. Su inicial
En todas partes marca los asuntos. Castigo. El primer bar. Fin de curso.
Función, cantor, medida, todos los pianos tiemblan. La cuchilla
De afeitar sobre mis cejas. Poblados y desiertos, agujero
En la oreja. Sangre por dentro y fuera. Llámame.
No te olvidaré nunca. Tengo frío. Sucede. Un roce sin destino.
Francés, problema, canto. Adán y Eva. No sé vivir sin ti.
La perdiz es amarga. Es cierto. Lo decías, verdad, tú
Lo has escrito : “Todas mueren a los quince”. Y nos morimos.
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