domingo
A Francisco
LA BOHEMIA
Patxi Andion
Me duele el corazón de tanto oírlo:
“Cuánto has cambiado, chico. No eres el mismo”.
Me duele el corazón, perdóname Francisco,
nueve años sin hablar y, aunque no hay timo,
yo ya no aguanto más y a estos listos
que le ponen los cuernos a Marx
voy a decírselo.
Harto ya de pervivir en hambre y vino.
Harto ya de componer para el destino.
Harto ya de frecuentar putas y puentes,
de envidiarle la sonrisa a los juguetes.
De ser experto en ladillas y tabernas,
de ese puto amanecer sin haber comido
y sacar a mear versos y penas
y cambiar toda mi pureza por un bocadillo.
(Recitado)
Esta, esta es la verdad desnuda
y créelo, compañero, créelo
que la bohemia, la verdadera,
esa, esa es dura.
No sabe a poesía ni a aventura.
Huele a blenorragia y vino peleón.
Es obligada y diaria, no tiene sábados,
no tiene compasión.
No hay ventanas, es una cuesta abajo sin escalas,
con la barriga vacía, sin compañía,
salvo esa pequeña de la mente y la bragueta
lamiéndote como un perro por las esquinas
la eterna, diaria herida de la vida.
Y nunca perdona nada
y te hace pasar en horas
de la prosa a la bohemia
que es la prosa de la nada
y todo, todo lo más
que se consigue lograr es dureza
sin piedad, sin razones,
es criar los cojones de mear
donde los demás lloren.
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