Juan Carlos Mestre PREMIO NACIONAL DE POESIA
"Donde hay un poeta hay un insumiso"
"La poesía es un discurso profundamente republicano. Es el discurso de ciudadanos libres que ejercen su derecho a estar en desacuerdo desde el lenguaje de la delicadeza. Todo lo demás, tendencias, generaciones, grupos, está abocado al fracaso porque la poesía se resiste al saber".
Juan Carlos Mestre.
Primero de Octubre, parece que fue ayer. Fue ayer, mas de treinta años atrás, cuando las tertulias literarias en Amagatotis. Más que jóvenes, estudiantes, jovencísimos. Ya eras grande, Juan Carlos. Maestro de ceremonias, orador a la antigua, timbre de voz de príncipe feliz. Se nos deshacían las madrugadas en excesos de palabra, calientes diserciones, recitales adorables por todos los adorados, tantos..Algunos se marcharon demasiado aprisa…Raúl Núñez, todo el, en tu casa de la calle Nobel ( curiosa coincidencia, tal vez nos veamos en Estocolmo algún día…) cuando te despedías de España rumbo a Chile…lucia yo un avanzado embarazo que entre humos y horas me deshizo el sentido. Bajamos la escalera, me derramaste unas gotas de perfume sobre la mano, yo te dije, ay Mestre, que me mareo…recuerdo poco más. Dicen que me cogiste en brazos, asustado, y tendida en la cama todos me daban aire …resulto una lipotimia que me obligo a permanecer muchas mas horas con todos. No fue fácil tu marcha. En absoluto. El aeropuerto era pequeño para alguien tan grande. “Volveré”, repetías. Fueron años de cartas que iban y venían, otras que nunca llegaron y entretanto tu premio Adonais.
Fue ayer. Todo aquello fue ayer. Tu esperado regreso, algo cansado, la casa que se deshizo sin ser roja, días y días tirando objetos servibles aligerando equipaje, las cosas que regalabas, cortinas teñidas por ti que se rasgaban con hojas de afeitar, cuadros que nunca se colgaron en pared alguna y todos los muros de la memoria. Las fotografías juntos que me cuesta no publicar aquí, entre la duda de lo intimo y la privacidad de un álbum que se hizo, porque es, familiar. Tus cartas, que son auténticos poemas. Y tú, el retrato de Dorian Gray.
Te he dicho esta mañana que tu alegría es la mía, y te quejas de que llevas treinta años esperando mi beso en el corazón. Ahora que todos los árboles han grabado los nombres y los espejos reflejan otros rostros con el resto de lo que físicamente fuimos, puedo ver a Raúl. Se ríe a mandíbula batiente mientras se bate en duelo por una copa de más. Le veo muchas veces como le veras tu. Vive en tu casa roja, esa que acaba de ser laureada ayer. Creo que nos esta esperando, encendida, para cuando el invierno se decida a concluir este largo viaje de versos permanentes, de la apuesta personal por vivir de otra forma y contra todas las formas. Ayer, porque fue ayer, te nombraron como se nombra a los excelsos, a los grandes insistentes, a los que están y son. Premio Nacional de Literatura : Juan Carlos Mestre. Por las brazadas de la abundancia y los tiempos necesarios, por tu fidelidad eterna, por ese laboratorio de insectos inyectados en colores, iris, manto y paisajes. Canciones, grabados, regalos, libélulas. Por tus tres gatos dormidos y despiertos que huelen a trementina, patchouli, barniz y betunes de Judea. Nunca seremos viejos, aunque el paso de las horas insista velozmente en disfrazarse de años. Queda todo lo escrito, lo que aun por decir se despereza en el hueco mas recóndito de nuestros corazones, donde se encuentra el beso que hoy reclamas, ese que aquí te entrego con forma de modesta crónica animada, en homenaje al grande, al amigo presente, al eterno poeta , a mas de treinta años construidos sobre tu casa roja, asilo de los resistentes, almacén de tus néctares, soledad consentida donde aun permanecen unas cuantas cuartillas. En ellas has escrito por todos los vencidos, benditos y especiales. Fue ayer cuando de pronto la luz se prolongaba con excesos egregios anunciando tu nombre.
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