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Consuelo García del Cid Guerra

MAS LEJOS

 

 

 

 

 

 

Nos caemos a pedazos victimas del exceso y la integración social convenida en su justo (aunque a disgusto) momento. La libertad de pensamiento continua resultando tan complicada como la libertad de expresión : Cabezas privilegiadas se inclinan al otro lado haciéndonos creer que son nuestros colegas, que estamos en el mismo barco, pero la realidad es que solo ellos tienen yate. Y es que nunca será lo mismo la seda buena que la viscosa, el agua del grifo que la embotellada, el solomillo que el filete de pobre. Nos han alimentado bien. Falta discurso, narices, exposición , presencia. La moneda única ha sido el engaño más grande, puede que me equivoque y el asunto venga de mucho, pero mucho más lejos. Le cae toda la porquería a este presidente que no da la talla, pero tampoco la dio el anterior y le dejamos estar puesto que fue votado. No hace mucho, escasamente un año, recibí amenazas de muerte debido a un articulo en el que simplemente exponía mi forma de ver las cosas, y sentí sobre mi cabeza una pisonadora que aniquilaba razones, posibilidad y acción  – reacción. Reaccione mal, muy mal, puesto que termine en un servicio de urgencias con crisis de ansiedad incluida. Unas cuantas pastillas solventaron el miedo, y aun con ellas, legalmente drogada, fui completamente consciente de la inmensa mentira que vivimos. Hace un par de días me llamo un amigo para preguntarme si asistiría a la manifestación del próximo 22 de febrero. “Por supuesto”, respondí. Y durante unos segundos, ante una pequeña manta azul que estoy tejiendo para mi futuro primer nieto, me quede contemplando los puntos, del derecho y del revés. Mi nuera esta ya fuera de cuentas, y ser abuela es una sensación maravillosa. Pensé, con absoluta convicción, que de alguna forma ya estaba haciendo algo por el, por ese niño que se va a llamar Thiago y cuyo mundo esta por descubrir. No es algo habitual que las abuelas se manifiesten pensando en los nietos, pero yo pienso en el con intensidad y se que le debo muchas explicaciones antes de poder contarle el primer cuento. Fui una madre muy joven y seré una abuela joven, atípica y radical. Antes de ese parto –o durante, no lo se- voy a estar gritando por mi país, plantando cara a las injusticias y corriendo si es necesario, porque nos caemos a pedazos, estamos muriendo mientras acudimos a mirar sin ver nuestros propios errores. Queda mucho por hacer, hay que ir y llegar lejos, muy lejos. El horizonte no es solo un aviso a navegantes. Las palabras no bastan. Pasemos a los hechos, por derecho.

 

 

 

 

 

http://www.youtube.com/watch?v=Z6dwlBvJkhA

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