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Consuelo García del Cid Guerra

Dulce Cataluña, patria de mi corazón

“Adeu, Espanya”, rezaban las pegatinas sobre pechos sudorosos el pasado 10 de Julio. Se despedían –muchos- de un país en pos de la reivindicación independentista. A marcha forzada y nunca mejor dicho. Estaban todos. Me detuve a contemplar el final de la manifestación en Pza Tetuán. Una y otra vez se me atacaban los ojos al leer “Adeu, Espanya”. Dulce Cataluña, patria de mi corazón…lloré cientos de veces esa letra en Madrid al escuchar una sardana.

“Soy catalana” –repetía-. “Soy catalana”. Con un inmenso orgullo me supe fuera y tierra adentro. Forastera. Era una auténtica forastera en la capital del reino. Alguna vez, recuerdo, me atacaron de frente. “La catalana esa, catalana de mierda”. Sentí que mis orígenes eran pisoteados con un odio desconocido.

“Puta polaca”. Jamás he pensado en despedirme de España para ser de donde soy. Mi procedencia de lujo mantiene la esencia de los lugares incómodos. No me entienden aquí, pero no importa. Soy de aquí. Lo soy porque lo siento desde que mi razón tuvo sentido. Hablo dos lenguas con absoluta naturalidad y desde esa postura mantengo la mía : Jamás me despediré de España. Soy catalana porque soy española. Defenderé la casa de mi padre. No me considero víctima de lenguaje alguno. No acepto los ataques de quien me vio nacer por una causa y rizo que se empeña en luchar contra el absurdo. Déjalos ser, déjalos ser…Dulce Cataluña, patria de mi corazón…Soy española porque soy catalana. Desde el patio de butacas que contemplé quemar. En los azotes diarios y por las calles tomadas. Desde el sillón de ese espectador que no he sido, por lo que he estado, desde lo que sé. Dulce Cataluña, patria de mi corazón…Más de medio siglo atiende esta pequeña historia. No quiero decir adiós a España porque con ello me alejo de Cataluña.

 

 

http://www.youtube.com/watch?v=pTsxbqbU3yw

 

L’EMIGRANT


Dolça Catalunya,
pàtria del meu cor,
quan de tu s’allunya
d’enyorança es mor.

I

Hermosa vall, bressol de ma infantesa,
blanc Pirineu,
marges i rius, ermita al cel suspesa,
per sempre adéu!
Arpes del bosc, pinsans i caderneres,
cantau, cantau;
jo dic plorant a boscos i riberes:
adéu-siau!

II

¿On trobaré tos sanitosos climes,
ton cel daurat?,
mes ai, mes ai!, ¿on trobaré tes cimes,
bell Montserrat?
Enlloc veuré, ciutat de Barcelona,
ta hermosa Seu,
ni eixos turons, joiells de la corona
que et posà Déu.

III

Adéu, germans; adéu-siau, mon pare,
no us veuré més!
Oh, si al fossar on jau ma dolça mare
jo el llit tingués!
Oh mariners, el vent que me’n desterra,
que em fa sofrir!
Estic malalt, mes ai!, torneu-me a terra,
que hi vull morir!

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