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Consuelo García del Cid Guerra

 

Te recuerdo especial.Mente en un tiempo inconfesable. Todo eran ruidos, confusión extrema y destrucción constante. Eras un juguete roto cuando sólo yo apostaba e insistía en un posible arreglo interior. Los talleres del alma acudieron una y otra vez sin éxito, hasta que una noche, la última, se quebró el espejo. No me gustaba el fútbol, ya lo sabes. De hecho, el sonido de la retransmisión de un partido en domingo me deprimía. No te esforzaste lo más mínimo en intentar convencerme de lo contrario. Hoy te recuerdo tanto que no puedo dejar de sonreír. Cualquier balcón me devuelve tu imagen de chico bueno ahora que estás bien. Ha sido tan terriblemente largo el camino y tantos los demonios. España acaba de ganar el mundial. Gritamos como posesos en busca de una alegría regalada. Puro lujo. Te debo ese curioso despertar a un deporte que detesté hasta conocerte. Gracias por todo, Julio. Eres un campeón.

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