Blogia
Consuelo García del Cid Guerra

el idioma/2

el idioma/2

Vivimos tan suma.Mente ensimismados que nuestro propio horizonte impide ver el mar. Encerrados sin consciencia, por pura necesidad. Pensamos lo que somos antes de lo que hacemos. Juzgamos apresurada. Mente sobre nuestras prisas y urgencias personales que convierten el pasado en experiencia inútil. El silencio es un arma poderosa. De él nace la observación más aguda.

Me instalé en Salzburgo hace escasamente una semana. No hablo alemán.

El esfuerzo por entender bloquea la capacidad de saber. Ni siquiera las expresiones elementales sirven de algo cuando estás desconectado. Tu cuerpo se aísla, física e interior.Mente. Estás sólo.

La presión es tan fuerte y pesada como la incomprensión. Un muro de piedra se alza ante ti. Aparece y desaparece varias veces al día. Los puntos de luz son las sonrisas cuando el interior habla. Sabes quién podría ser tu amigo y quién no. Por qué rechazas un encuentro o sientes el desencuentro. Miras a los ojos con un descaro inusual porque es lo único que tienes. Buscas traducciones imposibles y deduces del tono algún tema de conversación, el motivo de fondo. Nuestro idioma se convierte en una identidad transferible. Te sientes nativo como nunca del país que has dejado y más extranjero que nadie en el que estás. Perdido y encontrado en décimas de segundo cuando un escaparate te devuelve la alegría. Cualquier detalle tonto es una señal que activa ese sentido de alerta. Roja. Porque es roja como la sangre y las alarmas. Visceral. La boca del estómago pasa por distintas fases de vacío y de náusea. Te invade un miedo exótico que desconoces por completo. Estás terriblemente vacía y todo te afecta : Es el esfuerzo. Una gimnasia arrítmica es esa procesión que te recorre por dentro y no sabes disimular. El idioma es flexión.

Controlas el borde del llanto y contienes las lágrimas en su justa frontera.

Se te pierden los labios. Te traicionan los gestos. Descubres algún sonido que te aleja más, si cabe. Exploras la ciudad nueva en busca del dominio,

la familiaridad, el rincón y su hueco. Eres como un hurón que escarba bajo tierra escondiendo recuerdos. Un animal pequeño. Roedor. Vivíparo.

Funcional.

Descubres que el verdadero frío es otra cosa. Un encierro, tal vez. La insólita comunicación del incomunicado. Aislamiento. Infierno por momentos. Insoportable. Más duro que la corteza porque esa corteza eres tú. Estás, pero no eres.

Te salvará lo que sabes. Te sostendrá lo aprendido. Sólo hay un corazón sobre esta enorme tierra, y aunque la tormenta acuse para ponerte a prueba con la lluvia más fría, al final amanece.

0 comentarios