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Consuelo García del Cid Guerra

REPUTACIÓN

REPUTACIÓN

Tirita el misterio : En serio. Y como no tengo problema en hacer una

declaración de principios pese a que con ello ponga punto final a determinadas

posturas propias del gesto apostado sobre sus propietari@s, pues yo voy y lo

suelto. Intentaré explicarme.

No soy nadie. No presumo de nada, no voy hacia otro camino que el mío,

cuyos senderos elijo como me dá la gana, que para eso uno es libre y ejerce

sus voluntades.

Para los que –consciente o inconsciente.Mente- se creen descendientes de la

pata del Cid (por cierto, el apellido es mío) cuyo delirio personal me transfieren

al pensar –unos- comentar –otros- y decir –los menos- que he caído muy bajo

relacionándome con cierto tipo de gente, escribiendo sobre determinados

temas o jaleando cotarros ágrafos, para tod@s ell@s, digo, la cosa va –por lo

que a mí respecta- como sigue:

-Siempre he mantenido la misma postura. Siempre he dado la cara. Siempre he

sido idéntica.Mente loca o cuerda. No cambié de gesto ni voy a hacerlo ahora.

Pese a los avatares de la vida, me considero un ser afortunado por tener los

amig@s que tengo. A aquellos que se han mantenido en el tiempo (pero que

mucho, mucho tiempo) y los que he re.encontrado gracias a facebook. Mis

compañeras de colegio, instituto, internado. Grupos cuyas causas comunes

nos acercaron en su día. Colegas de trabajo. Conocid@s, circundantes.

No todos son intelectuales, obvia.Mente. Algun@s tienen faltas de ortografía, cuelgan vídeos chistosos, provocadores e incluso vulgares. Me importa un soberano carajo. Seguiré riéndome con ell@s y compartiendo cosas, porque son mi gente. La reputación me tiene sin cuidado. Es más : Ni la quiero. Ando por mis fueros como me viene en gana y no tengo por qué justificarme. Al que no le guste, que se largue. Estoy hasta el arco de triunfo de aspirantes a gloria, de escribidores –consagrados o no- que se creen habitar las zonas vip de quién sabe dónde, de escritores vanidosos, elitistas, ególatras y endiosados. De un mundo que no existe excepto en su imaginación, y del que existe en los parnasillos literarios de patata frita donde la presencia cuenta –corriente- sólo  para que te vean, por si cae un editor, un artículo o un polvo. De discursos falsos en pos del estrellato-comité. De interesadas solidaridades y de silencios absolutos cuando se trata de colaborar, porque nunca ha sido lo mismo echar una mano a que la metan (la mano, of course). De envidias, traiciones, personalidades dobles, consumiciones triples, apuntes y apuntador@s. De señoras y señores que jamás lo han sido ni lo serán. Apuesto por muchos que escriben mal, pero saben ser. No me importa de dónde vienen ni me cuestiono otro asunto que su autenticidad.

 

http://youtu.be/fsAGpw5uwDU

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