DE LAS PLUMAS COBARDES
Algunos despachan sus columnas escribiendo hacia dentro, para sí mismo y los suyos,cocedores, conocedores y hacedores de sus compartimentos, peña, club más que privado y estampa notoria. En ocasiones no saben por dónde empezar y terminan con una frase que –creyendo lapidaria- condensa el estado. Yo es que les veo venir y me largo por el mismo camino, que es otro. Estos son los que acatarán la ley y no ofenderán a España por miedo a ser multados. Los que, desde la palabra, sueltan una metralla fosforescente de fiesta mayor que nunca llega a puerto. Dicen ser muy de izquierdas y padecen la crisis desde la barrera. Tienen menos, es cierto, pero guardan la compostura acreditando un pasado de efímera fortuna que les condeció tantos créditos como credibilidad.Los que mantienen la comunicación cercana muy de lejos a base de mensajes escuetísimos que no les comprometan, correos más que correctos o la callada por respuesta. Presumen incluso de haber sido detenidos cuando Franco, mantienen perfiles callados en sus redes sociales, de lo más moderado, y sus renuncios no son pillados porque forman parte de lo privado.Eso dicen, y yo es que me pasmo ante semejantes sujetos carentes de predicado.No va más.Su discurso me aburre hasta la saciedad, apesta a consigna de partido, a feliz navidad, a la fecha de cualquier cumpleaños que les recuerda facebook puesto que la agenda y los papeles se perdieron hace mucho.Estos, que son bastantes, no serán nunca multados por ofender a España.Nos ofenden a nosotros con su recatado silencio, con la ofensa de una boca moderada, la ausencia de temas concretos que no van a tocar. Estos son los consentidos, los de figura terca que insiste en ser diferente, rebelde a costa de la protesta ajena.Son los que no se mojan y están en todas partes debidamente acreditados como periodistas de cualquier cosa.Juran tener secretos, saber mucho, se les ve de higos a brevas acompañando a alguno de los gordos o grandes.Su nombre consta en muchas suscripciones,causas e invitaciones –todavía en papel-. Y por creer-Se tanto consideran que el limbo, ese lugar inhóspito donde compraron piso, es el mejor espacio.
Porque esos, precisamente esos, son los que te piden información cuando al fin salta el tema en el que has trabajado años y años. Alguien les suelta el soplo de hay una que lo sabe, y entonces van a por tí. Con un poco de suerte incluso te citan, pero para que te comas el marrón, no como deferencia. La mierda, chavalotes, huele sola.Y vosotros, también.
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