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Consuelo García del Cid Guerra

DEPRESIÓN ( mucho más allá de la tristeza).

DEPRESIÓN ( mucho más allá de la tristeza).

Se convirtió en una persona molesta. La psiquiatra a la que él visitaba, dijo que no podía hacer nada por ella. Absolutamente nada. Sin embargo,  le aconsejó a él ( su paciente), que  bebiera un vasito de vino tinto todas las noches para que no le afectara en exceso. Ni siquiera su muerte caería sobre su conciencia : bastaba con un pasaporte rápido con que deshacerse de ella. Que no ponía "de su parte". Que no quería luchar. Que ya no era la misma. 
Caía lentamente frente a sus ojos, sola, hasta abandonarse por completo. 
Las ideas de suicidio avanzaban a grandes pasos, y la vida carecía de importancia. Ella buscó el desmayo forzado tras una jornada completa sin comer. El mínimo pasillo abrazaba su cuerpo camino del lavabo mientras él dormía como casi siempre, a pierna suelta, pasara lo que pasara. 
Omisión de socorro. Negación de auxilio. Desamparo. Abandono. En los últimos días, alguien le dijo que era la mujer más triste que había visto en su vida, y le dio mucha vergüenza. Lejos de sentirse mínimamente responsable, nunca supo qué hacer porque no lo sentía. Cuando lo desconocido se presenta sin previo aviso, y los elementos acostumbrados no funcionan, la ignorancia se apodera del alma que nunca tuvo corazón excepto para latir como un reloj forzoso que indica la hora, aunque muy lejos del tiempo. 
La fuerza mayor ante un ser inferior. Básico. El pez chico que acaba devorando al grande, contra todo pronóstico y por una cuestión de poder. El gran patriarca dominante por demás en un castillo de naipes carente de todo paisaje. Jamás la llevó al médico. No hubo medicación y mucho menos abrigo, apoyo moral o cuidados elementales, y el analfabeto funcional, salió ileso. 

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