GOLPE BAJO
Enric Durán, el antisistema, se está convirtiendo en mi mentor mental-espiritual-racional e incluso monumental. Yo también quiero acabar con la banca, pero me pilla un poco fuera de juego y en pleno duelo.
Hace unos días hablaba de Banesto. Hoy toca Citibank. Pago una cuota mensual de 80 euros por una visa oro. Cargan dicho importe el día 30 de cada mes. La Caixa devolvió el recibo, a pesar de ser cliente desde hace más de 20 años. Me explicaron que según no sé qué nueva ley, no se pueden retener recibos y automáticamente se devuelven si no hay saldo. Saben que el día 1 entra una cantidad en mi cuenta, además de la nómina cada día 10. La cuestión es que mi cuota de 80 € mensuales de Citibank, este mes se ha convertido en 110€, porque han aplicado 30 de intereses por devolución. Semejantes cifras, al estilo timo de la estampita pero en legal, me suenan a atraco institucionalizado.
Pero no pasa nada, aquí todo cristo traga como si fuéramos imbéciles. Y como intentes protestar, te miran con cara de marciana o te traspasan al famoso teléfono de atención al cliente, un 902 que sale por una pasta la llamadita de marras. Es decir, te machacan y encima te sacan más dinero con los malditos 902, atendidos por sudamericanos desde cualquier país de Latinoamérica, porque allí el coste de personal es tres veces menor.
Analizando esta rueda vertiginosa del infortunio, resulta que los morosos españoles nos quejamos al otro lado del charco, donde se supone que toman nota pero no te solucionan nada de nada. El paro sigue aumentando, y los centros de llamadas externos, más, en manos de personal cuya retribución roza la miseria, pero claro, en su país debe ser bastante. Y todo ello en manos de un banco que nos saca los hígados a golpe de comisiones : Cuidado con los céntimos de euro, porque aunque nos parezcan el chocolate del loro, se convierte en caviar iraní al acumular moneditas invisibles que quedan grabadas en los extractos de cuenta. Suma y sigue.
Voy a declararme antisistema e insumisa. En realidad lo he sido toda la vida, pero hasta aquí llegaron las aguas en el 36. Ante semejante golpe bajo, os dejo con los idem y sus maravillosos “MALOS TIEMPOS PARA LA LIRICA”.
El azul del mar inunda mis ojos,
el aroma de las flores me envuelve,
contra las rocas se estrellan mis enojos
y así toda esperanza me devuelve.
Malos tiempos para la lírica.
Las ratas corren por la penumbra del callejón,
tu madre baja con el cesto y saluda,
seguro que ha acabado tu jersey de cotton
...puedes esbozar una sonrisa blanca y pura.
Malos tiempos para la lírica.
Seguro que algún día cansado y aburrido
encontrarás a alguien de buen parecer,
trabajo de banquero bien retribuído
y tu madre con anteojos volverá a tejer...
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