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AHORA PUEDO CONTARLO
Ahora puedo contar por qué no lo voy a contar. No sólo puedo, es que siento que debo. Tenía en mi poder una noticia relativa.Mente importante.
Primero era un rumor. Más tarde, posibilidad. Y al final, la pura realidad. Grabé testimonios. Comprobé datos e incluso he tenido en mis manos documentación concreta. No quedaba ninguna duda. Me puse frente al teclado pero se me agarrotaron los dedos. Pensé en la trayectoria profesional del protagonista. Impecable. Ni un solo escándalo. Jamás ha vendido su intimidad. Nunca ha participado en campaña alguna de desprestigio ni hablado mal de nadie. Se dedicó a trabajar durante casi tres décadas. Sin descanso. Entregado a su público en cuerpo y alma. Querido. Respetado.
¿Voy a ser yo quien destape la caja de sus más oscuros truenos?...Pues no. Simple.Mente: No. Me niego a colaborar con el estiércol y no me meteré en sus lodazales. Aquí nadie es inocente. Todos tenemos lo nuestro. Antes, durante o después. Somos personas llenas de defectos. Nos equivocamos por pura condición humana.
Manchar una trayectoria sin más, por el simple hecho de publicar la noticia, es una putada. Sí, ya sé…la información….en realidad, sucede lo mismo con la sinceridad cuando se convierte en una grosería. ¿Llamaríamos feo a alguien así, sin más?. Aunque lo sea, es algo que no se dice. No nos cuesta mucho, sin embargo, soltarlo si nos enfadamos. Y no estoy enfadada. Me siento bien. Lo tengo claro.
He soltado sapos y culebras a determinados medios de comunicación, la prensa rosa y sus nauseabundos programas. Los mismos reptiles que se me escurren ahora entre los dedos al sopesar una posibilidad injusta.
“No dejes que la realidad te estropee una buena noticia”. Escuché esta frase en boca de alguien a quien se había dado por muerto pública.Mente. Al parecer, estas palabras se
inculcan a los estudiantes de Ciencias de la Información. Antes que ciencia, decencia.
Antes del vómito gratuito, conciencia. Esta que me impide manchar un nombre con
el único afán de ensuciar. Es sucio. Huele mal. No es de recibo. O será, incluso, que no sirvo para esto. Me da lo mismo. Por eso no lo contaré jamás. Y por eso, al que lo haga, podré llamarle canalla con la boca grande.
DEJANOS EN PAZ. DEJANOS SER.
Yo no te creo, no te quiero y no te espero. Para mí no representas otra cosa que el peligro. Inminente. Un rechazo visceral que me sale del alma. Por ti han cortado hoy las calles y la policía anda pidiendo documentación a todo el que le place. Por tu culpa he tenido que atravesar un túnel a modo de catacumbas ancestrales para poder acceder al otro extremo de la avenida. La gente se amontonaba y resultaba ridículo. Por ti se han gastado una fortuna en un país lleno de necesidades humanas donde lo divino –supuestamente- no pinta nada.
Tu visita no es –como has dicho- un acto de amor. Es un allanamiento de morada en toda regla. Tus paseíllos en ese excelso coche digno de egregias mudanzas internacionales para transportar joyas de la corona, tus disfraces y paces, escenario circense con fieras incluidas, tus rechazos y actos, tu sombra permanente que nos roba el terreno y corta nuestros pasos.
Afirmas que “es en España donde se juega la batalla decisiva entre fe y razón”. La razón no es tuya, y el corazón tampoco. Déjanos ser. Déjanos en paz. Llama
“laicismo agresivo” comparable al anticlericalismo de la Segunda República. Tú, que estuviste en la principal organización del partido Nazi para adoctrinar a jóvenes, pretendes extender razones de peso pesado contra la humanidad.
“Humo Blanco, pasado negro”, escribió el Yediot Ahronot de Israel. “De la juventud Hitleriana al Vaticano”, fue el titular de The Guardian.
2.500 personas se manifestaron el pasado día 4 en la Pl Sant Jaume para protestar contra tu impuesta visita. Ondeaba una bandera nazi recordando tu paso por el ejército alemán.
En una de ellas se podía leer : “¿Ateos? ¿Gays? ¡sí¡ Nazis ¡no¡ ”
Aplícate el cuento y déjate de hostias. Déjanos en paz. Déjanos ser.
http://www.youtube.com/watch?v=aocK0TMiZKk
ELIA FLETA
Es la nieta del gran tenor Miguel Fleta y la conocí en las Teresianas del Padre Poveda. El único colegio donde he sido feliz. Muy feliz. Aquella torre del Pasaje Mercader en Barcelona conserva todavía casi intacto el patio de cemento y una pequeña fuente con la que hacíamos lluvias de agua. Elia llegó de Colombia. Cantaba con su hermana Elisabeth. Una de sus canciones “Hay que vivir la vida”, todavía la tarareo de vez en cuando. Salimos juntas de acampada. Los recuerdos son confusos y no doy con el lugar. Hacía un frío tremendo y dormimos en el suelo frente a la chimenea de un albergue parroquial. Era la única que entonces no fumaba. Se divertía como nosotras, pero siempre percibí algo espiritual en ella. La he rastreado por el gran dios google. Hace ya treinta años que entró en la congregación Teresiana. Siempre la he recordado. Aquella frescura, tan sana en todas sus cosas, su manera de ser y de hacer…Y sus camisas. Tenía una colección espléndida de amplias prendas que no se encontraban en las tiendas. Parecía una cantante country con sus botas camperas. Siempre pantalones. Un corte de pelo a lo paje que mantenía siempre perfecto, liso, equilibrado. Volvió a Colombia con su hermana y nos dejó una grabación. La escuchamos una y otra vez…puedo oír las primeras palabras…
“¿Qué tal, pequeñas personas?...las voy a extrañar mucho cuando esté allá en Colombia…”. Nunca más volví a verla ni a saber de ella hasta hoy.
http://www.youtube.com/watch?v=S4R4F0yL3eM
Era la mejor de las compañías. Seguro que es una monja divina. Ay ¡ …si pudiera retroceder un ratito, sólo un ratito, te daría las gracias por todo, Elia.
http://www.youtube.com/watch?v=S4R4F0yL3eM
“A través de la ventana
Vi que la vida pasaba
Que el verano terminaba
Y el otoño comenzaba…
A través de la ventana
Vi que la vida pasaba
Que aquel niñito crecía
Y aquel viejo se moría
Hay que vivir la vida
Hay que vivirla sin descansar…”
Elia Fleta.
MADRE E HIJO
-¿Pero hijo mío, qué dices?
-Tú me has preguntado si me gusta y yo te digo que no, pero que me cae bien.
-¿Por qué?
-Porque es de barrio. Y ordinaria. Pero sobre todo, porque no miente. Es la única de todos esos que no miente nunca.
-¿Pero es que la sigues?
-No, no la sigo, porque no hace falta. Está en todas partes y te la encuentras aunque no quieras.
-¿Te parece atractiva?
-No, nada.
-¿Y podría ser amiga tuya?
-Sí…
-¿Pero qué le ves?
-Mucho morro. Es espontánea. Habla igual que si estuviera en su casa. Le importa un bledo lo que piensen…
-Pero si se enfada, y además es muy llorona…
-Por eso. Se enfada como se enfadaría con su madre, por ejemplo. Anda, que si te filmaran a ti cuando te da el punto…
-No irás a compararme con ella…
-Pues en algunas cosas os parecéis, ya ves…
-¿Qué?
-Lo que oyes. A su manera es una revolucionaria. Limitada, claro, pero de traca. Le están sacando el jugo a la chica. Es listilla…Además, no has dicho tú toda la vida que por nosotros das la vida?..pues ella dice que por su hija ma-ta…es lo mismo.
-Eso lo pensamos todas las madres.
-Sí, pero del dicho al hecho…por la boca muere el pez. Que conozco a muchas que nada de nada…les sale un novio y pasan de los hijos en menos que canta un gallo. Por cierto…tienes veinte euros?
-¿Ya estás sin dinero? …
-¿Ves? … tú si que eres una buena madre…la mejor del mundo.
-Qué morro tienes…
-Oye, mamá…a qué vienen tantas preguntas?
-Es que quería saber lo que piensas de ella.
-Y luego lo publicarás, claro…
-Claro.
-Ni se te ocurra poner mi nombre. Y no lo saques en el facebook que se enteran todos mis amigos y luego quieren conocerte.
-Bueno, y la Trapote qué te parece?
-Esa sí que es tonta. Pero está muy buena.
-Osea, que prefieres a Belén…
-Mil veces…¡ arriba la Esteban¡
RAQUEL, RAQUEL...
http://www.youtube.com/watch?v=4d6TRphSl_Q
No te recordaba porque nunca te olvidé. Tenías la gran fortaleza de todos los robles y la inmensa y quebradiza fragilidad del cristal. Tiesa antes que arrugada. Jamás rendida. Joven, inquieta, libre…aún desde los muros antagónicos que nos acogieron como perdidas, pretendidas, asiladas e internas. Buscando ese lugar en el mundo. Rascando las ideas con la insistencia de un escalador sin sus montañas. Nadando en un mar de dudas razonables. Siempre supe que te encontraría de nuevo. Hay cosas que nunca mueren. Momentos en el tiempo que se suspenden para regresar con la misma intensidad de antaño. Y mira si la llovido, compañera…Mira si el mundo crece olvidando aquel alrededor hoy impensable. Condenado. Ilegal. Pateado en la sombra de este país siniestro donde nuestros ancestros no tienen nada que hacer y muy poco que ver. Ahora somos nosotras las adultas. Ha pasado la vida. Un largo recorrido donde el todo es la nada y sólo cuentas tú, protagonista célebre de tantas circunstancias, de cien mil aventuras, desventuras concretas, olvido y desarraigo, delantal sin sentido, flores para los vivos, onomásticas breves, madres, hijos, maridos…Almanaque temprano con un punto y seguido.
Porque no te he olvidado asisto a este presente. Una foto. Sonríes. Miras de cerca el patio y sus manzanas, la temporada, el tiempo, Noviembre, tal vez Mayo. Estás guapa. Eres bella. Tienes esa presencia de las mujeres sabias que todo lo lloraron. Que aquello que perdieron comprendió un equipaje de caminos estrechos. Un cuaderno. Algún sueño. La vida era una tómbola de luz y de color. Era un punto de cruz encantador. Tanto como lo has sido tú. Rebelde, consecuente, luchadora.
Hubo un día, un lugar, alguna condición. Hubo algo en el aire que se sabía eterno. Esas cosas sin nombre que permanecen dentro, más allá de las almas, cuando aparece el bien.
La esencia imaginada de los cuentos sin hadas. La verdad que se estira le pese a quien le pese. Tus maletas. Las mías. Un billete de ida para tomar impulso. Deseé lo mejor aún desde tan lejos, sin saber de tu rastro. Y ese rostro inequívoco, por muchos, tantos años, me ha dicho que eras tú. Qué suerte, compañera. Bendita la fortuna que realiza un sueño. Sólo uno. Es bastante. Aprendí lentamente que el camino no estaba hecho de rosas, pero que algún perfume me llevaría entonces camino de un presente como si fuera ayer. Ya lo ves, no hace tanto…
DESPROTECCIÓN DEL MENOR
viernes
Dónde estuve. Qué hice mal. Cuántas cosas dejé, sin valorar su precio. Hacia qué lodazal fui conducida en manos de un diablo que se creía sabio y aseguraba siempre que el cielo estaba abajo . Por sus sagradas formas se me acercó un delfín. Era de plástico. Lo mantuve durante algún tiempo precintado, como un tampón marino que se ahogaba en la tierra. Menos que una moneda. La justa.Mente injusta para invocar arenas.
Las cabinas son hornos y almacenes de cartas. Incuban ese aliento que en la calle no es nada. El olor más rebelde y más interno. Tengo dentro de mí los claveles del tiempo. Miedo a no sopesar los gramos que detengo. La acidez. Tanto vértigo. Un huracán de aves en busca del deshielo.
Te escribí . No estabas.
LA ESPÍA QUE TE AMÓ

El presidente de una gran empresa no se entera de lo que le ocurre al personal de estructura. El director de recursos humanos se desenvuelve en una extraña irrealidad pegado a su sillón y con los ojos como platos de respeto puestos ante el pantallazo. Los secretarios y secretarias, ahora llamados “assitants”, hace mucho que no guardan secreto alguno, y –salvo excepciones- son la voz de su amo, un señor de mediana edad, estatura media, moreno en Enero y con educación discutible de contraportada. No es amo de nada, pero le gusta suponerlo, y muchísimo más imaginarse en un puesto para el que está dispuesto pero no preparado. Entre ellos se aman, difaman y torpedean. Siempre con una sonrisa peligrosa. Ignoran a los más altos que se encuentran abajo. Los verdaderos dueños del poder. El entresijo de la información, los auténticos propietarios del laberinto administrativo, la gestión oculta y el impagable gesto del espía. Me refiero a las recepcionistas y a las mujeres de la limpieza, tan poco tenidas en cuenta que nadie tiene la menor idea de hasta dónde manejan las cuentas, los hilos, apaños, remiendos y favores. Normal.Mente, no siquiera sabemos cómo se llaman porque jamás nos molestamos en preguntárselo. Como si no existieran. La mayoría no les dan los buenos días ni las buenas tardes, porque lo bueno, al parecer, no les corresponde.
-No se preocupe usted. A ese cabrón le pongo en su despacho triple dosis de cera y se va a dar una hostia de la que no se levanta en un mes. Voy a causar ahora mismo la baja laboral del año. Déjemelo a mí, señora. Es un cacique, un animal, no tiene corazón.
Y el mandamás se cayó de cuatro patas como si hubiera pisado una piel de plátano. Pero no se rompió nada.
-Tengo otro plan, señora. Acostumbra a tomarse un café a las nueve en punto. Mañana le meto medio frasco de “evacuol” y le pongo a cagar todo el santo día.
Se quedó blanco como la leche. El experto en mobbing estaba más despistado que un pulpo en un garaje. Debilitado por fuera y sin fuerzas para despedir a sus próximas víctimas. Es una forma sutil de mandar a la mierda sin palabras.
-Tranquila, le pillaremos. Llevo días recogiendo todo lo que tira en la papelera. No utiliza nunca el destructor de documentos. Tiene condones en uno de sus cajones y una teta de plástico.
-¿Una teta de plástico?
-Sí , señora. La toca por lo bajo. Pero la que más nos puede ayudar ahora es la recepcionista. A ella le entran todas las llamadas y los faxes. De momento que siga cagando, le quitamos la teta y los condones, hacemos que no le entre ni una sola llamada y se guardan todos los fax. Es decir, le incomunicamos. No aguantará mucho, créame.
-Eso es mobbing…
-Huy, no, señora. Eso es un ajuste de cuentas. Cada uno tiene lo que se merece. Le dejaremos sólo, nunca entenderá nada y acabará largándose, porque no aguantará ni la tercera parte de la presión que ha ejercido él sobre todos los demás que ya no están.
-Es usted un fenómeno, Cándida…
-No crea. Yo lo que de verdad soy , es una espía.