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TARJETAS DE VISITA

Se me ha ocurrido –y no sé por qué- mirar un viejo tarjetero como si de un álbum de fotos se tratara. Estaba a punto de deshacerme de él, convencida de que ya no servía para nada. Pero me equivocaba.
Tarjetas de todos los colores, con logotipos de empresas que ya no existen y cuyos nombres estampados anunciaban grandes cargos que se han perdido. Personas, al fin y al cabo, cuyo destino conozco de sobra. Ahora andan mendigando las sobras de otros en busca de cualquier trabajo, sea el que sea. Hay que comer. Antes comían en restaurantes caros y nadie pudo imaginarles en los servicios sociales o el banco de alimentos. Estaban en otro bando y negociaban con grandes bancos.
He visto con mis ojos cómo con muchas de esas tarjetas se hacían extensas líneas de coca. Hoy no les queda ni para sal. Presidentes, Directores Adjuntos, de Recursos Humanos, de Grandes Cuentas...
Yo misma era una de ellos. Decían que estaba loca, completamente loca, que era una revolucionaria, un personaje molesto. Hoy me dan la razón, cuando ya no la quiero. Ni siquiera la necesito. Entonces todos parecían estar encantandos de haberse conocido, le llamaban “amigo” a cualquier cosa y no sabían vivir sin grandes coches, vacaciones delujo y un pisazo del que han sido deshuciados. Durante largo rato he contemplado una a una todas esas tarjetas, y es un gran álbum de fotos, no me cabe la menor duda : Están retratados. Todos. Me he detenido ante un nombre. Ella era distinta. Tenía una sonrisa ancha y no soportaba las injusticias. Su cargo en la multinacional que representaba se fue al garete, pero defendió a sus compañeros hasta el final. No supe más de María, y la he buscado en facebook. Allí estaba. De todo ese gran tarjetero, sólo su nombre vale la pena.
No le ha sorprendido mi trayectoria, y a mí tampoco la suya. Compartiremos algún día los restos de cada naugragio en cualquier lugar. Nos hemos reencontrado felizmente, alegres y con idéntica postura.
https://www.youtube.com/watch?v=DyofWTw0bqY
DE POLLOS Y BORRICOS
La que ha liado el pollito. Mientras los últimos estertores del poder actual se hacen el boca a boca, existe un resto apostado en busca del hueco que les permita medrar. Aquí cabe todo cristo, sea quien sea, sepa o no sepa, esté o no sobrada.Mente preparado, mermado o cultivado. De una hostia no sagrada se planta el resentido buscando unas cuantas copas que final.Mente les va a dar lo mismo que sean alcohólicas o trofeos de caza. Matarán de cualquier forma sus conflictos internos, todas sus frustraciones, la gran necedad de ser admirado desde el vómito celestial de tanto tibio, y un nuevo gran imperio de catetos tocará pandereta no solo en Navidades. La vida será su fiesta y muy vaga.Mente puede que recuerden ese derecho al olvido que no sirvió de nada. Yo les veo llegar, ir y venir, en un cuadro dantesco al más puro estilo Botejara, con pasado borrico, tinaja de barro artesano y pesebre de plástico, firmando con una cruz tras haber pasado por el trullo con la correspondiente huella dactilar que ya ha tocado ese piano, por aquello del error y la necesidá, el fallo, mire usté. Son los que jamás temblaron con el bolero pero les gusta Sabina por eso del rollito calle, identificados con la barba guarra otrora moderna y más allá miserable. Era Moda de España cuando España iba bien, pasado efímero que les otorgó un piso de protección oficial, la nómina aspirada y un carguillo vacante que les hizo importantes. No va más. La ruleta no gira, los cachorros se calientan como los malvados toros y el peor matador. De profesión pollitos, piando la lentejuela, la lenteja, el carmín, al sapo cancionero y su más cabrón padre desconocido.
PD. Busquen la referencia en cualquier código de barras.