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FELIZ CUMPLEAÑOS, LOLA ¡¡¡

tú querías ver el mar
y encontraste sólo flores, ay ay ay ay
y encontraste sólo flores, ay ay ay
ay, Dolores ¡¡¡
MJT
No sé cuántos días porque el tiempo quedó desordenado. Sí que era distinta, loca, especial y perenne, alguien para no olvidar. No la olvidé.
Madrid, 1974. Su pelo negro y rizado. Reía. Provocaba y transgredía. Vendía crema de manos y cualquier cosa poco útil que tuviera en el armario. Fumaba colillas. Decía muchos tacos y hablaba francés.
Nos emborrachamos dos veces en muy poco tiempo y en un lugar donde el hecho de hacerlo suponía algo muy grave y con
un castigo peligroso. Primavera. Ella dijo que en algún lugar y en cualquier momento de la vida, volveríamos a encontrarnos.
Que no sería demasiado tarde, que no hacían falta direcciones ni teléfonos, porque hay sensaciones que nunca mueren.
Tenía una hermana de nombre Sofía que vivía en París. Treinta y cuatro años después nos hemos vuelto a encontrar.
un poco ...
Esa flexión forzada a la meseta que tu llamaste alud es una lluvia
tal vez
Sería Cleopatra si pudiera volver
CONSEJO
Música celestial y el palacio de invierno .Una manta de cuadros a tu cuerpo
Sueños de nada, sabes, te lo cuento
Por su tú alguna vez cazas los ciervos que ví transparentados bajo papel de arroz
Eran pequeños. Lo contaba aquel libro que forrabas con miedo a los retales
Un trozo de la flor, no cortes tanto, repetías, que mueren los dibujos
Al canal de tijera como duermen los muertos
Mañana no me esperes porque estaré tarde en un lugar concreto
Donde no entran las madres ni las hijas y tampoco las niñas
Un lugar que te muestro cuando seas mayor y te presente a los desconocidos
Allí te besarán los trapecistas, los magos y los indios, los poetas
Los que escriben paisajes y esculpen alpinistas, los novios
Que se quedan a la puerta de casa, los que pulsan la tecla final del piano negro
Los que saben que el tango es un lamento y todo lo que tú escuchas
Abrazada a tus gatos dormida, casi enferma ,
Odias atardecer como detestas esta
Canción que ya no existe. Cenicienta, cansada por eterna
No me lo digas más, no le des cuerda
Al carrillón del tiempo. Tardas como el verano
Eres un arpa muerta que mira su desmayo, un pañuelo, el ojal
Por donde te miraba tanto el compañero. Señal de los fingidos contubernios
Secreta y vagabunda, reina de los sombreros, todo menos tus ojos
Mirándome, cuando al final me pierdo.
orlando salazar martinez
Qué tremenda impostura de caballero andante
El Caribe a la espalda de tanto libro abierto
Constante padre, ejemplo
De danza memorable en todas las caderas,
Salsa picante, copa y carcajada
Viajando a otro lugar donde el tiempo te espera.
Ciudad de más , distinta ola perfecta
Tragado por el agua del océano .Ahogado
Eternamente en los abrazos , todos.
Qué hermoso calor te representa
Título del honor sobre la mesa
Bendecido te duermes
Cien brazas sobre el mar al horizonte
Llora una hija, tiembla una novia
La foto familiar junto al abeto engalanado
Un año más. Te guardo
Camino del lugar que nadie me ha contado
Sé que allí se divierten todos los que se quedan
y una niña con luz intermitente ha dicho: Abuelo
escribiendo tu nombre sobre la arena húmeda
te esperaba hace mucho, y desde lejos
arrastradas las letras, puede leerse : Orlando.
de ERICK STRAND
Los niños jugaban a atrapar la luz. Eran niños grandes que habían vuelto a encontrarse después de un prolongado silencio, después de carencias incontables de caricias, después de tiempos transcurridos tras un beso que sin sospecharlo se les hizo el último. De eso habían pasado muchas lluvias, cuando aún había estaciones. Ahora estaban de nuevo juntos, deslumbrándose, obsequiándose chispas amarillas y azules y tactos fosforescentes. Se besaban sin cerrar los ojos, sin dejar hablar a las palabras porque querrían decir cosas como mañana, o ayer o te prometo. Palabras que, ambos sabían, se suicidan en la luz hasta extinguirla. Ahora tenían una misión: cuidarla de por vida.
Erick Strand